Decía Sócrates que los adolescentes son tiranos que no obedecen las órdenes de sus padres o maestros. Milenios después los padres de familia siguen buscando la madera de entender a sus hijos adolescentes. La clave radica las características del cerebro en esta etapa de la vida.
El cerebro está en constante evolución desde que nacemos hasta que morimos, pero tiene ciertos picos de actividad, como ocurre en la adolescencia.
El Dr. Eduardo Calixto, neurólogo y neurofisiólogo del Instituto Nacional de Psiquiatría explica que el cerebro del adolescente, es un cerebro que está muy conectado, con gran número de neuronas asociadas a muchos eventos por lo cual implica es una de las capacidades más grandes intelectuales que tenemos en toda la vida. Esta gran actividad se encuentra asociada a la producción de hormonas tanto masculinas como femeninas durante la adolescencia. Pero una característica de esta etapa de la vida es la gran actividad neuronal aunada a una falta de madurez de una porción fundamental para la toma de decisiones: la corteza pre-frontal.
EL Dr. Calixto explica que es de las mejores etapas para recordar cualquier número telefónico con tan sólo verlo, memorias de trabajo en forma repetitiva las pueden aprender muy bien, sin embargo, con una incapacidad por ejemplo para obedecer órdenes específicas.
Es por ello que al adolescente le cuesta trabajo respetar los horarios impuestos por los padres y racionalizar los riesgos potenciales a los que están expuestos.
Eduardo Calixto dice que a un adolescente se le dice que es peligroso manejar por ejemplo a 200 km por hora, se le habla de las consecuencias y sin embargo, él no proyecta eso, él lo que tiene en su cerebro es repetir la emoción de haber, digamos, manejado a 200 km por hora.
Además los adolescentes tienen una gran influencia del sistema límbico.
El Dr. Calixto refiere que el sistema límbico es un sistema relacionado con los procesos hedónicos, con los procesos de gusto, con las condiciones de adicción a drogas, con las condiciones de seguir repitiendo algo que nos ha gustado mucho.
Si bien la corteza prefrontal madura aproximadamente a los 21 años en las mujeres y unos años después en los hombres, su madurez se ve influida por factores externos.
Dice el Dr. Calixto que adolescentes que han experimentado condiciones o aspectos difíciles en su vida pueden madurar más rápido precisamente porque el cerebro también responde a la motivación que existe del medio ambiente, mientras que un adolescente sobreprotegido, que no ha experimentado situaciones adversas se ha visto en la necesidad de tomar decisiones relevantes, madurará más tarde.
Si bien los adolescentes tienen una gran sed de libertad, requieren de un cerco de seguridad en torno a ellos, mismo que debe ser establecido por sus padres y profesores marcando límites claros e infranqueables.