Un nuevo estudio encabezado por la Dra. Jennifer A. Emond, de la Universidad de California en San Diego, EUA, sugiere una vez más que nuestra dieta puede tener un efecto sobre los riesgos de padecer cáncer.
La investigación, muestra que el consumo de alimentos ricos en almidón se relaciona con un mayor riesgo de tumores en las mujeres que ya han tenido cáncer de mama con anterioridad.
El estudio incluyó a 2.651 mujeres con cáncer de mama, los investigadores dieron seguimiento a las mujeres durante un promedio de siete años para ver lo que habían comido en las últimas 24 horas, así como cuál era su estadío de cáncer de mama.
Al inicio, las mujeres comieron 233 gramos de carbohidratos al día, los investigadores encontraron que las mujeres cuyo cáncer de mama regresó durante el período de estudio comieron una media de 2,3 gramos más por día de hidratos de carbono durante el primer año del estudio, mientras que las mujeres cuyo cáncer no regresó comían una media de 2,7 gramos menos de hidratos de carbono por día durante el primer año.
Sin embargo, los almidones representaron una parte importante de este cambio en la ingesta de hidratos de carbono. En el primer año del estudio, los investigadores encontraron que las mujeres que redujeron su consumo de almidón, tenía un cáncer de mama con tasa de recurrencia del 9,7 %, mientras que las mujeres que aumentaron su consumo de almidón, tenían un cáncer de mama con tasa de recurrencia del 14,2 %.
Los resultados muestran que no se trata sólo de carbohidratos en general, sobre todo de almidón, comenta la Dra. Emond, las mujeres que aumentaron su consumo de almidón más de un año tenían un riesgo mucho más alto para la recurrencia.
Este no es el primer estudio en sugerir que lo que comemos puede aumentar el riesgo de cáncer de mama. Un estudio publicado el año pasado en el American Journal of Epidemiology muestra que las mujeres que siguen una dieta vegetariana rica, con menos carne roja, sal y carbohidratos procesados, presentan menos riesgo de cáncer de mama.