Hasta el momento no se conocen muchos marcadores para diagnosticar y efectuar el pronóstico de las enfermedades intersticiales pulmonares, por lo cual el diagnóstico se realiza mediante tomografías computarizadas y biopsias.
Las enfermedades intersticiales constituyen un conjunto de patologías inflamatorias del parénquima pulmonar, que representa un 15% de las afecciones respiratoria. La etiología de estas enfermedades es muy variada y, en la actualidad, se reconocen más de 150 causas diferentes, aunque sólo es posible identificar el agente causal en aproximadamente el 35% de los casos.
El ácido hialurónico es un polisacárido de textura viscosa, que existe en la sinovia, el humor vítreo y el tejido conjuntivo colágeno de numerosos organismos. En los seres humanos su concentración es mayor en las articulaciones, los cartílagos y la piel. Conocido hoy masivamente por estrategias publicitarias que lo recomiendan como agente mágico del rejuvenecimiento dérmico, el ácido hialurónico es capaz de retener grandes cantidades de agua y tiene un gran número de grupos OH (oxígeno –hidrógeno).
El objetivo de los investigadores encbezados por la Dra. Silvia Hajos, es determinar qué potencial exhibe el ácido hialurónico para actuar como biomarcador en el diagnóstico y el seguimiento de los pacientes.
Los resultados preliminares sugieren un significativo aumento en los niveles de ácido hialurónico en los pacientes afectados por enfermedades intersticiales, comparados con los controles. Además, se encontró una correlación entre los niveles de ácido hialurónico y la cantidad total de células inflamatorias en el líquido del lavado broncoalveolar.
Lo interesante del ácido hialurónico es su capacidad de actuar como inmunomodulador, y aquí tendrá una especial importancia su tamaño. Así, por ejemplo, fisiológicamente, el ácido hialurónico de alto peso molecular ejerce funciones homeostáticas y antiinflamatorias en el organismo.
Los receptores de la inmunidad innata en el organismo son expertos en sensar patógenos y reconocer moléculas extrañas que puedan resultar una amenaza.
Los fragmentos de bajo peso de ácido hialurónico ponen en funcionamiento una especie de señal de alarma que activa el sistema inmune ante un proceso inflamatorio.
El otro componente importante del intersticio pulmonar es la matriz constituida por colágeno y macromoléculas relacionadas y por proteínas no colágenos, tales como la fibronectina y la laminina. Toda enfermedad que infiltre este espacio intersticial merece ser denominada enfermedad intersticial, y por ello más de 100 diferentes entidades pueden ser incluidas en esta generalización.