Un estudio sugiere que la terapia llamada biofeedback alivia los dolores de cabeza episódicos y crónicos en los niños.
En un estudio retrospectivo, el equipo de la Dra. Heidi K. Blume, del Hospital de Niños de Seattle de University of Washington, halló que el 73% de los pacientes pediátricos con cefaleas espisódicas respondía al biofeedback, como así también el 48% de los niños con cefaleas crónicas.
El estudio se publicó en la revista Headache, el equipo cita un estudio del grupo, en el que la tasa de cefaleas graves de los niños y los adolescentes de EUA es del 17% . Las cefaleas infantiles recurrentes están asociadas con los trastornos mentales, las limitaciones funcionales y la mala calidad de vida, similar a la de los niños con enfermedades reumáticas y cáncer.
El biofeedback alivia la migraña pediátrica (y también la de los adultos pero, como indica el nuevo estudio, la mayoría de las investigaciones pediátricas no habían incluido a los niños con cefaleas crónicas, que son las que duran 15 o más días por mes, durante más de tres meses. El equipo analizó información de 132 pacientes, de entre ocho y 18 años, que habían asistido a por lo menos dos sesiones de biofeedback en la clínica universitaria especializada.
En el biofeedback, los pacientes aprenden ejercicios de relajación y visualización para ayudarlos a reducir la tensión muscular y empezar a controlar las funciones autonómicas, incluida la frecuencia cardíaca y la temperatura de la piel. Los pacientes con cefalea, aprenden a utilizar esas técnicas cuando empiezan a sentir el dolor para poder prevenir la cefalea. Los participantes tenían unos 3,5 dolores de cabeza diarios por semana, con una gravedad de 6,5 en una escala de uno a 10 puntos.
Uno de cada cinco estaba tomando un inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina. Los pacientes asistieron a siete sesiones de biofeedback; la duración promedio de la terapia fue de 10,8 semanas. En la última sesión, los participantes tenían unas dos cefaleas diarias por semana, con una gravedad de cinco puntos. Además, los niños podían aumentar la temperatura de la piel de las manos.
El 58% de los niños respondió positivamente: se redujo más del 50% la cantidad de cefaleas diarias semanales o la cantidad de horas de dolor por semana, o más de tres puntos la gravedad de las cefaleas. La cantidad de días con dolor de cabeza se redujo de uno a 0,6 por semana en el grupo con cefalea episódica y de siete a cuatro en el grupo con cefalea crónica. Un análisis de variables múltiples reveló que el 55% de los pacientes que podía elevar la temperatura de las manos más de 3 grados F en la última sesión de biofeedback eran casi tres veces más propensos a responder al tratamiento que el resto.
Y mientras que los pacientes tratados con ISRS eran cinco veces más propensos a responder al biofeedback que los que no tomaban esos fármacos, los usuarios de medicamentos preventivos para el dolor de cabeza eran un 65% menos propensos a responder a la terapia.