Las diversas aplicaciones del amaranto en el campo alimenticio y curativo lo convierten en un producto de creciente demanda.
Estudios llevados a cabo por el Instituto Politécnico Nacional, descubrieron que una gelatina con alto contenido de fibra, elaborada con base de amaranto, nopal y harina de brócoli ayuda a personas con serios problemas intestinales, también ayuda a estabilizar los niveles de glucosa y grasa en la sangre, es aconsejable para enfermos diabéticos y personas con problemas de colesterol.
El amaranto contiene proteínas de origen vegetal por lo que su uso es recomendado en dietas hiperenergéticas e hiperproteicas, también contiene calcio lo que ayuda a prevenir la osteoporosis, sobre todo en mujeres postmenopáusicas.
Se recomienda incluirlo en la alimentación de niños y adolescentes, tiene un alto contenido de fibra que supera al de otros cereales comunes, recomendado en pacientes con diabetes mellitus, obesidad, hipertensión arterial, estreñimiento y diverticulosis entre otros.
La semilla es de color oscuro contiene taninos, filatos aunque en menor cantidad que el maíz, contiene una coenzima (HMG-CoA) con actividad biológica con efecto hipocolesterolemiante en humanos.
El grano de amaranto no posee glúten, por lo que es un alimento recomendable para celíacos, es decir, aquellas personas que tienen intolerancia al gluten.
El cereal (papilla) de amaranto se recomienda para pacientes con problemas bucodentomaxilares, geriátricos, con desnutrición, en dietas con alto contenido en fibra, el amaranto tiene un efecto benéfico en enfermedades crónico degenerativas como diabetes mellitus y obesidad, coadyuvando a disminuir las concentraciones séricas de triglicéridos y colesterol en dislipidemias y enfermedades cardiovasculares. Además, las hojas de amaranto utilizadas como fusión son eficaces contra la diarrea.