La práctica deportiva es positiva para los adolescentes, un nuevo estudio realizado por el Dr. Arnaud Merglen, del Hospital para Niños Enfermos de la Universidad de Toronto,Ontario, en Canada, sugiere que una o dos horas por día de deporte sería óptimo para su bienestar.
Los autores observaron que los adolescentes tendían a estar peor si practicaban algún deporte durante apenas un par de horas por semana o tres horas por día o más, el entrenamiento excesivo no sólo influye negativamente en el organismo, sino también en el cerebro, las emociones, el pensamiento y el ánimo.
Los mecanismos físicos de la alta y la baja actividad quizás no sean los mismos, pero los resultados sí lo son.
Los CDC de EUA recomiendan por lo menos una hora diaria de ejercicio hasta los 18 años. El equipo del Dr. Merglen entrevistó a 1.245 adolescentes de entre 16 y 20 años sobre cuánto tiempo practicaban un deporte por semana, entre otras preguntas. Además, los participantes respondieron una encuesta breve sobre bienestar, que se evaluó con una escala de 0 a 25 puntos (<13 = poco bienestar).
El equipo organizó a los adolescentes en cuatro grupos, según el nivel semanal de práctica deportiva: bajo (0-3,5 horas), promedio (3,6-10,5 horas), alto (10,6-17,5 horas) y muy alto (más de 17,5 horas). El 19% de los 438 adolescentes que menos horas dedicaban al deporte y el 18% de los 60 que más horas hacían deporte respondieron que no solían sentirse alegres, relajados y con energía, comparado con el 9% de los 517 adolescentes con un nivel promedio de práctica deportiva semanal y el 4% de los 230 participantes con un nivel semanal alto de práctica deportiva.
Aunque duplicar el tiempo semanal recomendado para la práctica deportiva a 14 horas parecería bueno para la salud mental y física de los adolescentes, ir más allá sería más riesgoso.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Archives of Disease in Childhood.
Los deportes pueden ser estresantes para los atletas de elite juveniles que entrenan durante horas, ese estrés, se debe más a la presión que generan los entrenadores y los padres que a la cantidad de horas de práctica.
Los padres tienen que escuchar a sus hijos sobre qué actividades físicas desean realizar y respaldarlos en su elección, ya que algunos estudios sobre estrés y deporte han demostrado que si los niños son los que realmente eligen la actividad y cuánto tiempo le dedican, no se estresan.
Fuente: Archives of Disease in Childhood