El Dr. Bill Hesselmar alergólogo pediatra de la Universidad de Gotemburgo en Suecia, y su equipo de investigadores, analizaron las historias de 184 niños nacidos en el Hospital Mölndal. Los padres mantenían diarios que cubrían el primer año de vida para los niños y el alergólogo pediatra examinó a los niños a los 18 y 36 meses de edad para la alergia clínica y la sensibilización a los alérgenos en el aire y los alimentos.
La microbiota oral de los niños fue caracterizada mediante el análisis de las muestras de saliva recogidas a los 4 meses y todas las prácticas de limpieza del chupón fueron obtenidas a través de entrevistas con los padres cuando los niños tenían 6 meses de edad.
Los resultados mostraron que los niños cuyos padres limpiaban el chupete chupándolo, eran menos propensos a tener asma, eccema y sensibilización a los 18 meses de edad que los niños cuyos padres no utilizaban esta técnica de limpieza. La protección contra el eczema se mantuvo a la edad de 36 meses. El parto vaginal y la limpieza chupando el chupete por los padres produjeron efectos protectores independientes y aditivos contra el desarrollo de eczema. Los investigadores también encontraron que la microbiota salival difirió entre los niños cuyos padres limpiaban el chupete por succión y los niños cuyos padres no utilizaban esta práctica.
Los resultados del estudio se publicaron en la revista Pediatrics.
El Dr. Hesselmar comenta que la evidencia sugiere que el hecho de que los padres chupen el chupete y la exposición a fluidos corporales durante el parto vaginal influye positivamente en la composición de la microbiota de los bebés, concluye que sin duda, este hábito permite un contacto oral estrecho entre padres e hijos, facilitando la transferencia de bacterias a una edad muy temprana, antes de que el bebe empieza a utilizar cucharas.
El uso de un chupón también se asocia con una reducción sustancial en el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) cuando se utiliza hasta un año de edad.