Tomar un vaso de vino o de otra bebida alcohólica antes de dormir es remedio casero muy popular contra el insomnio, este hábito ayuda a conciliar el sueño pero interrumpe varias veces el descanso a lo largo de la noche, especialmente en el caso de las mujeres. Estas son las conclusiones de un estudio realizado por el Dr. Todd Arnedt y un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan en EUA.
Los investigadores trabajaron con 93 personas, 59 mujeres y 34 hombres, de 20 a 29 años de edad. Casi un tercio de ellos tenía un antecedente familiar relacionado con el alcoholismo, aunque ellos mismos no sufrían este problema. En el laboratorio, algunos participantes tomaron un placebo mientras que otros consumieron grandes cantidades de alcohol, a continuación, al dormir, los autores monitorearon la calidad de su sueño usando una polisomnografia entre las 11 de la noche y las 7 de la mañana. A su vez, cada voluntario contestó una serie de preguntas antes de acostarse y después de despertar.
El especialista Todd Arnedt observó que las mujeres que tomaron alcohol durmieron menos horas y se despertaron más frecuentemente y por un rato más largo durante la noche. Es decir que su sueño fue mucho más interrumpido que el de los hombres. La calidad del descanso tras la toma de alcohol fue igual independientemente de un posible antecedente familiar de alcoholismo, además, el sueño fue mucho peor con el alcohol que con el placebo.
Los autores explicaron que estas diferencias de género se deben a que los hombres y las mujeres metabolizan el alcohol de manera diferente, por lo cual la misma sustancia resulta más tóxica en una que en otro.
Está claro que una proporción importante de la población usa el alcohol regularmente para lidiar con los problemas del sueño, esta percepción se relaciona con el hecho de que el alcohol ayuda a que las personas se duerman rápidamente pero implica que no hay conciencia del efecto negativo que tienen estas bebidas durante el curso de la noche.