Un grupo de investigadores españoles, encabezados por el Dr. Carlos Martín, de la Universidad de Zaragoza y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES), dependiente del Instituto de Salud Carlos III, han colaborado en el desarrollo de fármacos que matan a la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que es una de las enfermedades infecciosas que afecta a más personas en el mundo.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista científica Nature Medicine, y estuvo coordinado por investigadores del Hospital de Memphis en EUA, evitará que las bacterias puedan utilizar sus propios mecanismos de resistencia frente a estos nuevos antibióticos.
Este nuevo paso contra la tuberculosis, que es una de las enfermedades infecciosas con mayor incidencia a nivel mundial, con 8,6 millones de enfermos en el año 2012, permitirá diseñar antibióticos más eficaces, al modificar su estructura química y evitar de este modo que las bacterias los rechacen o exporten al exterior continuamente.
El estudio demuestra que una variación en la estructura química de los antibióticos puede ser determinante para su actividad, ya que influye de modo importante a la hora de ser reconocidos o no por las bombas de expulsión que tienen las bacterias.
Estos nuevos antibióticos inhiben o inactivan la síntesis de las moléculas de las proteínas en las bacterias y, al mismo tiempo, dificultan la aparición de cepas resistentes.
En su diseño se ha tenido en cuenta la estructura del ribosoma, el orgánulo bacteriano al que se unen e inactivan para llevar a cabo su acción antibacteriana. Sus características más destacables son su actividad casi exclusiva frente a la bacteria que causa la tuberculosis (incluso contra las cepas que han desarrollado resistencia a los fármacos), los bajos niveles de toxicidad que presentan, y su eficacia para frenar el desarrollo de la tuberculosis en animales de experimentación.
La tuberculosis es una de las enfermedades infecciosas con mayor incidencia a nivel mundial. Según la OMS, en el año 2012, en el mundo hubo 8,6 millones de personas que desarrollaron tuberculosis, alcanzandose la cifra de 1,3 millones de muertos (de los que un 25% eran VIH positivos).
Además, las cifras de tuberculosis multirresistente, una peligrosa variante de la tuberculosis que no responde al tratamiento con los escasos fármacos disponibles para tratar esta enfermedad, causó 450.000 nuevos casos en 2012, y un total de 170.000 muertos en todo el mundo. Por estos motivos, es prioritario desarrollar nuevos fármacos que permitan tratar la tuberculosis, y sobre todo, que sean activos contra las variantes. Las espectinamidas constituyen un gran avance en este sentido.
Como la espectinomicina es el antibiótico a partir del cual se sintetizan las espectinamidas inmediatamente surgió la colaboración entre ambos para verificar si la bomba de eflujo Tap (Rv1258c) pudiera estar transportando a las espectinamidas menos activas, como realmente se demostró.