En un estudio realizado por la Dra.Ezra Susser, de la Escuela Mailman de Salud Pública de Columbia University, Nueva York las usuarias de ácido fólico en los dos primeros meses del embarazo fueron menos propensas a tener hijos con retraso grave del lenguaje.
El ácido fólico reduce el riesgo de que los bebés desarrollen malformaciones congénitas, EUA y Canadá fortifican los granos para que las embarazadas consuman suficiente cantidad de la vitamina B, pero eso no sucede en otros países.
La Dr. Ezra Susser, de la Escuela Mailman de Salud Pública de Columbia University, Nueva York, agregó que lo que se hace durante el embarazo, no es importante sólo para el parto, sino también para el desarrollo posterior.
El equipo de la Dra. Susser entregó una encuesta a 40.000 mujeres en los primeros meses de embarazo. Respondieron qué suplementos habían tomado entre las 4 semanas previas y las 8 semanas posteriores a la concepción.
Cuando los niños tenían 3 años, les preguntaron a las mujeres sobre las habilidades del lenguaje de sus hijos, como cuántas palabras podían unir en una frase.
A los que sólo podían decir una palabra por vez o que tenían «expresiones incomprensibles» se los consideró con un retraso grave del lenguaje. Uno de cada 200 entró en esa categoría.
Cuatro de cada 1000 niños de mujeres que habían tomado ácido fólico solo o combinado con otras vitaminas tuvieron un retraso grave del lenguaje, comparado con 9 de cada 1000 niños de mujeres que no habían tomado la vitamina B antes y al comienzo del embarazo.
El patrón se mantuvo tras considerar otros factores asociados con el uso de ácido fólico y las habilidades del lenguaje, como el peso, la educación y el estado civil de la madre.
El equipo no halló relación alguna entre el uso de ácido fólico durante el embarazo y las habilidades motoras de los niños, según cómo podían patear o atrapar una pelota.
El estudio se publicó en Journal of the American Medical Association.
Es muy difícil determinar exactamente en qué momento del embarazo el ácido fólico tendría el efecto en el desarrollo posterior del lenguaje, se necesitan más estudios para respaldar estos resultados.
Fuente: Journal of the American Medical Association