Los niños de baja estatura tratados con la hormona de crecimiento tendrían un aumento leve de la presión ocular, según revela un estudio dirigido por el Dr. Ilan Youngster, de la Universidad de Tel Aviv en Israel.
La presión ocular alta está asociada con la aparición del glaucoma, una enfermedad que puede causar ceguera.
Las inyecciones hormonales se utilizan para tratar trastornos que alteran el crecimiento, desde las deficiencias hormonales hasta las enfermedades genéticas, como los síndromes de Turner y Prader-Willi.
Es un estudio preliminar pero es algo que se debe estudiar comenta el Dr. Youngster, los resultados del estudio aparecen publicados en The Journal of Pediatrics.
El equipo del Dr. Youngster estudió a 55 niños que habían recibido hormona del crecimiento durante 31 meses; comparó los resultados con los obtenidos en 24 niños con enfermedades similares, pero sin tratamiento (grupo control).
Los niños con enfermedades oculares o antecedentes familiares de esos trastornos quedaron excluidos del estudio. El grupo tratado, de 11 años de edad, había recibido inyecciones diarias de hormona del crecimiento. Las dosis estaban dentro del rango estándar, eran un 50% más altas que las utilizadas para compensar la deficiencia hormonal en los niños.
La presión ocular era de unos 16 mm Hg en el grupo bajo tratamiento, comparado con 13 mm Hg en el grupo control. Las dosis más altas y los tratamientos más prolongados estuvieron asociados con un mayor aumento de la presión ocular.
El equipo también comparó los resultados con los de un grupo de niños de la misma edad en la población general. Nuevamente, la presión ocular era más alta en el grupo tratado con las inyecciones hormonales.
Según la Fundación para la Investigación del Glaucoma, se considera normal la presión ocular de entre 12 y 22 mm Hg.
El Dr. Youngster adelantó que se está realizando un seguimiento, con evaluaciones a los tres, cuatro y cinco años de tratamiento. Es el mejor estudio para comprobar el cambio de la presión en el tiempo.
A partir de estos resultados, recomendó controlar de manera regular sólo a los niños con antecedentes familiares de glaucoma.
Fuente: The Journal of Pediatrics