La discapacidad sensorial es provocada por una disfunción de la parte frontal del cerebro, señalan investigadores Mehmet Mahmut y Richard Stevenson, de la Universidad de Macquarie en Australia.
Las personas con rasgos psicopáticos (como la insensibilidad, la manipulación y las conductas antisociales) no pueden usar su sentido del olfato con tanta eficacia como otras personas, por lo que los investigadores sugieren que un sentido del olfato (o función «olfatoria») deteriorado puede ser un marcador de este grave trastorno de la personalidad.
El estudio, que aparece en la revista Chemosensory Perception, indica que la incapacidad de oler se relaciona con una disfunción en la parte del cerebro donde se procesa esta información, que es el lóbulo frontal. La disfunción cerebral también afecta negativamente la capacidad de planificar, controlar los impulsos y cumplir las normas sociales en las personas con puntuaciones psicopáticas altas.
Los hallazgos proveen respaldo a la premisa de que los déficits en la parte frontal del cerebro podrían ser una característica de los psicópatas no criminales, explican los autores del estudio. Los estudios olfatorios podrían representar un marcador potencialmente interesante de los rasgos psicopáticos y podrían ser menos susceptibles a intentos de engañar mediante respuestas buenas o malas.
Para llevar a cabo el estudio, Mahmut y Stevenson, examinaron a 79 personas sin antecedentes criminales para determinar si tenían el sentido del olfato afectado; también evaluaron si los participantes del estudio mostraban o no conductas psicopáticas, como estilos de vida erráticos o tendencias criminales. Los investigadores analizaron si los participantes podían empatizar con los sentimientos de otras personas.
Hallaron que las personas con la mayor cantidad de rasgos psicopáticos eran más propensas a tener problemas para identificar o distinguir olores. Los investigadores concluyeron que las áreas del cerebro que controlan el olfato son menos eficientes en las personas con tendencias psicopáticas.
Fuente: Chemosensory Perception