Un estudio realizado por el Dr. Karel J. van Erpecum del Centro Médico de la Universidad de Utrecht en Holanda revela que el apoyo nutricional durante el tratamiento contra el virus de la hepatitis C, controla la pérdida de peso y mejora la calidad de vida.
Ese refuerzo nutricional debe considerarse para todos los pacientes bajo tratamiento antiviral con interferón alfa pegilado y ribavirina, comenta el Dr. van Erpecum.
El equipo convocó a 53 pacientes para realizar un ensayo clínico aleatorizado: 27 recibieron orientación nutricional, incluida la recomendación de comer pequeñas porciones varias veces al día, más una bebida saborizada rica en calorías y proteína que debían consumir antes de dormir.
El resto de los pacientes (grupo de control) recibió la orientación y los suplementos sólo cuando su peso disminuía por lo menos un 5% , según publica el equipo en Journal of Hepatology.
A las 24 semanas, ambos grupos habían adelgazado, pero sólo 0,3 kg (un 0,3%) en el primer grupo y 5,4 kg (un 6,9%) en el grupo de control.
La fuerza de agarre de la mano, según la prueba con el dinamómetro Jamar, también se redujo en ambos grupos, aunque de manera mínima en el primer grupo (de 40,7 a 39,7 kg) y significativamente en el de control (de 40,3 a 32 kg).
En ambos grupos, los síntomas digestivos aumentaron y la calidad de vida se deterioró, pero ambas alteraciones fueron significativamente más bajas en el grupo tratado. También se registró una disminución considerable del consumo de calorías, proteína y grasa en el grupo de control, mientras que ese consumo creció en el otro grupo.
No se observó una diferencia significativa en la respuesta virológica sostenida de ambos grupos, según el análisis por intención de tratar, pero sí hubo significativamente menos efectos adversos en el grupo tratado preventivamente.
El equipo concluye que la orientación nutricional preventiva más el uso de suplementos evita la pérdida de peso y el estado catabólico durante el tratamiento del VHC, con una reducción de los síntomas digestivos y un aumento de la calidad de vida.
Esos inhibidores de la proteasa se ingieren con las comidas, lo que en teoría evitaría la pérdida de peso y el estado catabólico.
Fuente: Journal of Hepatology