Tras décadas de investigación de tratamientos contra el melanoma maligno, que es la forma más letal de cáncer de piel, los científicos anunciaron dos fármacos que, han logrado reducir la mortalidad de los pacientes tratados.
Uno de los medicamentos, llamado vemurafenib, mostró entre los 675 pacientes tratados más probabilidades de supervivencia que los tratamientos convencionales de quimioterapia.
Los detalles de ambas investigaciones fueron presentados durante la reunión de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica celebrada en Chicago.
Y aparecen publicados en la edición de The New England Journal of Medicine (Revista de Medicina de Nueva Inglaterra).
Ninguno de los medicamentos es una cura para el melanoma maligno. Pero tal como señalan los científicos, ambos lograron prolongar las perspectivas de supervivencia que actualmente tiene una persona con esta forma letal de cáncer.
Actualmente un paciente con melanoma metastásico, cuando el tumor se ha propagado a otros órganos, por lo general sobrevive entre 6 y 10 meses.
Durante el ensayo del vemurafenib, 84% de los pacientes que tomaron una píldora dos veces al día seguían vivos a los seis meses, comparados con 64% de pacientes tratados con los fármacos convencionales de quimioterapia.
Esto significa, una reducción de 63% en el riesgo de muerte.
El efecto fue tan notable, que el ensayo clínico fue suspendido prematuramente para poder ofrecer el tratamiento a los pacientes del grupo de control (los que estaban siendo tratados con quimioterapia).
El estudio también mostró una reducción de 74% en el riesgo de que el tumor se agravara.
El fármaco funciona estimulando un gen defectuoso, llamado BRAF, que se encuentra en la mitad de los pacientes terminales cuyo cáncer se ha propagado a otros órganos.
El estudio llevado a cabo con el ipilimumab mostró que combinado con el tratamiento de quimioterapia puede prolongar la supervivencia promedio de los pacientes 11,2 meses, comparado con 9,1 meses en quienes sólo recibieron la quimioterapia.
Después de tres años, 20,8% de los que tomaron ipilimumab estaban vivos, comparado con 12,2% de los pacientes del grupo de control.
Varios pacientes lograron sobrevivir varios años más de lo que se esperaba. Y, cinco años después de recibir el tratamiento, por lo menos uno sigue vivo.
El melanoma maligno afecta a más jóvenes que muchos otros tipos de cáncer, y una vez que el tumor ha avanzado hay muy poco que los médicos puedan hacer para ayudar a estos pacientes.
El número de casos de esta enfermedad ha avanzado drásticamente en muchos países del mundo, debido principalmente a la exposición solar sin protección y a la proliferación en el uso, entre los jóvenes y adolescentes, de las camas de bronceado.
La exposición solar sin protección es el principal riesgo de melanoma.
Actualmente se están llevando a cabo estudios para ver si el vemurafenib podría también ser utilizado contra otros tipos de cáncer, como el ovárico, de tiroides y de colon y recto.
Se espera que el medicamento sea aprobado por la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) para su comercialización en los próximos meses.
Y ambos tratamientos están siendo estudiados también por los organismos de regulación de fármacos europeos por lo que también podrían estar disponibles en Europa próximamente.
El profesor Richard Marais del Instituto de Investigación de Cáncer del Reino Unido, cuyos estudios mostraron la importancia del gen BRAF en el melanoma, manifiesta que, éste es el mayor avance en el tratamiento de melanoma en más de 30 años.
Los resultados demuestran, por primera vez, que una terapia dirigida puede funcionar en el melanoma, y esto cambiará el enfoque para tratar esta enfermedad.