El aneurisma de la Aorta es la dilatación que se produce en esta arteria, a través de la cual fluye y se distribuye la sangre desde el corazón al resto del organismo. Generalmente, un Aneurisma se produce donde se encuentren paredes debilitadas de la aorta.
El aneurisma de la aorta, se clasifica en dos tipos, con base en su localización: el Aneurisma de Aorta Torácica es el que se encuentra en el Tórax y el Aneurisma de Aorta Abdominal que se ubica en algún segmento de la Aorta que atraviesa el abdomen.
La aorta es la principal arteria del organismo. Abarca desde el corazón a través del tórax, por delante de la columna vertebral, y llega a la cavidad del abdomen, donde se divide, más allá de los riñones, en las dos arterias ilíacas.
La arteria aorta sana, de un adulto promedio tiene un diámetro apróximado de 2 cm. La dilatación mayor de 4 cm de la aorta se considera significativa de aneurisma. Para los aneurismas cuyo diámetro es igual o superior a 6 cm está generalmente indicado el tratamiento quirúrgico, si bien en muchos casos se intervienen aneurismas con un tamaño a partir de 5 cm.
El aneurisma de la aorta se produce cuando esta arteria, se ha dilatado hasta 1.5 veces su tamaño normal, esta condición provoca que la presión intraaortica, es decir, de la sangre que circula dentro de la arteria, principalmente si las paredes han sido debilitadas y dañadas por las placas ateroescleróticas, y existe el riesgo latente de que se expandan demasiado y se rompan.
Los médicos clasifican el desarrollo de este padecimiento, con base en su configuración:
1) Fusiforme, en el cual el Aneurisma involucra la Aorta en toda su circunferencia.
2) Sacular donde se expande sólo una parte de la pared.
La Aorta Abdominal es la continuación de la Toráxica y se divide en 2 arterias Iliacas que distribuyen la sangre en cada uno de los miembros inferiores, es decir de ambas piernas.
Existen otras grandes arterias donde se pueden producir Aneurismas que incluyen las que se localizan en los Miembros Inferiores, el corazón y el Cerebro.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, en México, ocurren alrededor de 10 mil muertes cada año, debido a los aneurismas de la aorta.
En la mayoría de los casos,los aneurismas de la aorta no producen síntomas. Sin embargo, el paciente puede llegar a observar en el abdomen la presencia de una pequeña protuberancia que puede ser incluso doloroso, cuando hablamos de la aorta abdominal, o en la espalda si se trata de la aorta torácica.
En el caso de que se produzcan síntomas, podrían ser:
– Dolor en la espalda o en la nuca.
– Tos crónica, debido a la compresión del Aneurisma sobre la traquea.
– Voz ronca
– Dificultades para deglutir
– Edema en cuello o brazos.
Cuando un aneurisma se rompe súbitamente, pueden presentarse los siguientes síntomas que se consideran graves, y pueden comprometer la vida del paciente:
– Dolor intenso, que incluso puede producir un estado de Shock en el paciente.
– El dolor puede presentarse en el abdomen o en la espalda, dependiendo de la localización de la ruptura.
Existe un bajo riesgo de ruptura si el diámetro del Aneurisma Abdominal es menor de 4 cm y en el caso del Aneurisma Toráxico menor de 6 cms. Sin embargo es muy importante la velocidad de crecimiento, porque un aumento rapido,aumenta las probabilidades de ruptura.
Los aneurismas aorticos, son hasta 4 veces más frecuentes en los varones en comparación con las mujeres. Se presentan comúnmente después de los 50 años de edad.
Los aneurismas, comúnmente, se deben a la ateriosclerósis Este proceso degenerativo erosiona las capas que forman la pared de la aorta, a partir de una lesión denominada placa ateriosclerótica, que puede sufrir fenómenos de ulceración y trombosis, destruyendo los elementos de su capa media elástica.
Sin embargo, los aneurismas también pueden tener un orígen hereditario, especialmente en el curso del síndrome de Marfan, o asociado a otras alteraciones de la aorta desde el nacimiento, sin embargo, existe la posibilidad de que un aneurisma se presente debido a un traumatismo o bien colateralmente a otro padecimiento cardiovascular.
El diagnóstico de un aneurisma de la aorta, se realiza con base en la historia clínica del paciente y un exámen físico del paciente, sin embargo, es necesario confirmarlo, mediante diversos estudios como:
– un Ecodoppler color(duplex) de la Aorta Abdominal, mediante este exámen se puede determinar con exactitud la localización y las condiciones del aneurisma.
– En los Aneurismas Toráxicos el Ecocardiograma Trans-esofágico, un estudio de mínima invasión se pueden obtener imágenes del aneurisma en cuestión. El Eco Transtoraxico, también puede ser un recurso para la valoración.
– Radiografía de Tórax
– Tomografía Axial Computada
– Resonancia Magnética (útil en ambos tipos de Aneurismas: Abdominal y Toráxico), ofrece alta resolución de las arterias y su flujo, así como una imagen tridimensional de la Aorta.
Las complicaciones de un aneurisma, se consideran graves y pueden tener consecuencias fatales, las más temidas son:
– ruptura súbita
– infección y compresión de otros órganos circundantes.
– sangrados masivos, lo cual es usualmente mortal.
– la infección del aneurisma, que usualmente ocurre por una infección en otras áreas del cuerpo, puede llevar a enfermedad sistémica y ruptura.
– la coagulación del aneurisma se presenta cuando la sangre deja de pasar por dentro de éste, y bloquea la circulación de la sangre, privando aotros órganos del riesgo sanguíneo vital.
En ciertos casos, los aneurismas pueden comprimir estructuras vecinas, como los nervios, ocasionando trastornos neurológicos como debilidad y entumecimiento.
El tratamiento del aneurisma de la aorta, depende de su ubicación y grado de evolución.
Los aneurismas de pequeño tamaño no precisan tratamiento. Se efectúan revisiones médicas periódicas, con el objetivo de anticiparse a su crecimiento o complicación.
El manejo médico, va encaminado a prevenir la ruptura del aneurisma.
Sin embargo, en muchos casos es necesario someter al apciente a un procedimiento quirúrgico, colocándose, mediante sutura, un tubo de material artificial (prótesis) en la zona del aneurisma. Aunque, actualmente, se están realizando estudios y experimentos para tratar los aneurismas abdominales mediante la implantación de un injerto en el interior de la aorta (injertos endovasculares), pero todavía no es una realidad.
Otro enfoque prometedor para el tratamiento de los aneurismas abdominales consiste en implantar, mediante la técnica de cateterismo (a través de las arterias, sin necesidad de practicar incisión en el abdomen), un dispositivo denominado stent, una técnica profusamente empleada en el tratamiento de las obstrucciones coronarias.
A la hora de decidir cuándo intervenir quirúrgicamente un aneurisma de la aorta torácica es preciso comparar el riesgo que entraña la intervención con el riesgo que comporta la rotura de un aneurisma voluminoso. Ello es especialmente importante en el caso de personas de edad que ya sufren otras alteraciones vasculares o cardiacas.
La reparación quirúrgica de los aneurismas de la aorta torácica está indicada en presencia de expansión rápida y, sobre todo, cuando existen complicaciones agudas, o bien la afectación de órganos vitales y la presencia del síndrome de Marfan.