La anemia es un factor de riesgo subreconocido, pero prevenible y tratable, de mala evolución en la neumonía en los niños que viven en zonas de altura, comenta el Dr. Peter P. Moschovis, del Hospital General de Massachusetts, Boston.
El equipo del Dr. Moschovis utilizó información del estudio SPEAR (Sinusoidal Partial Editing Analysis and Resynthesis) para identificar el papel de la altitud y la anemia en la gravedad y la evolución de la enfermedad en 958 niños de entre 2 y 59 meses con neumonía grave, según define la Organización Mundial de la Salud.
193 de los niños vivían en zonas de altura, sus niveles promedio de hemoglobina eran más altos que los de los 765 niños que vivían en zonas bajas (10,3 v. 10,0 g/dL, p<0,0001).
La hipoxemia grave era mucho más prevalente en los niños que vivían en altura (86%) que en los que residían en zonas de baja altura (11%). Lo mismo ocurrió con la cyanosis. Tras considerar distintos factores confundentes, la anemia estuvo asociada con cuatro veces más fallas terapéuticas en los pacientes de zonas altas; la anemia no anticipó esas fallas en las áreas bajas.
El riesgo de que el tratamiento fallara se redujo un 35% por cada 1 g/dL más en los niveles de hemoglobina. En las zonas altas, el efecto fue mayor en los niños con bajos niveles de hemoglobina.
¿Cómo se puede mejorar la evolución de estos niños? Los médicos deben concentrarse en prevenir la anemia con un adecuado acceso al agua potable, los antiparasitarios y el consumo suficiente de hierro.
La prevención y el tratamiento de la anemia debe tener prioridad en los niños pequeños de las zonas de altura y el tratamiento de este factor de riesgo podrá reducir la morbilidad y la mortalidad por neumonía infantil grave.
Fuente: Pediatrics