Las alergias cutáneas representan una reacción fisiológica provocada cuando el sistema inmunológico identifica erróneamente una sustancia normalmente inofensiva, como nociva o peligrosa para el organismo.
El sistema inmunológico, reacciona generando grandes cantidades de anticuerpos denominados inmunoglobulina E (IgE), un arma química compleja, para atacar y destruir al supuesto enemigo. Cada anticuerpo IgE específicamente se dirige a un alergeno en particular – la sustancia que causa la alergia. En este proceso de lucha contra la enfermedad, se liberan o producen sustancias químicas inflamatorias tales como la histamina, las citoquinas, y los leucotrienos; una persona propensa a padecer alergias puede experimentar algunos síntomas molestos (y en casos extremos, que ponen en peligro la propia vida del paciente).
Las alergias cutáneas pueden afectar a cualquiera, independientemente de la edad, el sexo, la raza o el nivel socioeconómico. Generalmente, las alergias son más comunes en los niños, sin embargo, un primer episodio puede suceder a cualquier edad, o recurrir después de muchos años de remisión.
Hay una tendencia a que las alergias ocurran en familias, aunque los factores genéticos exactos que lo causan no se entienden todavía. En personas susceptibles, factores tales como las hormonas, el estrés, el humo, el perfume, u otros irritantes del medio ambiente también pueden jugar un papel. A menudo, los síntomas de las alergias se desarrollan gradualmente a lo largo de un período de tiempo.
Con respecto a las alergias cutáneas, existen dos tipos: atópicas, en la cuál se conoce su origen, y las dermatitis por contacto, que pueden ser provocadas por el sol, el pasto o algún tejido en especial.
Una reacción alérgica puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, en la piel, los ojos, el estómago, la nariz, los senos, la garganta y los pulmones – sitios donde las células del sistema inmunológico están localizadas para combatir a los invasores que se inhalan, ingieren, o entran en contacto con la piel.
Las reacciones pueden provocar:
Rinitis – mala ventilación nasal, estornudos, comezón nasal, secreción nasal, comezón en los oídos o en el techo de la boca.
Conjuntivitis alérgica – ojos rojos, irritados, llorosos.
Dermatitis atópica – piel enrojecida, irritada, reseca.
Urticaria – ronchas o verdugones que producen comezón.
Dermatitis por contacto – erupción de la piel que produce comezón.
Asma – (problemas de ventilación tales como falta de aliento, tos, respiración sibilante).
Aunque cientos de sustancias comunes pueden desencadenar las alergias cutáneas, los desencadenantes más comunes – llamados alergenos – son:
Los pólenes.
El moho.
El polvo de la casa, los ácaros del polvo y sus desperdicios.
La proteína animal (caspa, orina, aceite de la piel).
Los químicos de la industria.
Algunos alimentos.
Algunos medicamentos.
Las plumas.
Las picaduras de los insectos.
Las cucarachas y sus desperdicios.
Además del examen y la historia médica completa, para llegar a un diagnóstico preciso, puede ser necesario:
Un examen de la piel
El examen de la piel es un método para medir el nivel de anticuerpos IgE del paciente frente a alergenos específicos. Utilizando soluciones diluidas de alergenos específicos, el médico inyecta la solución al paciente o la aplica sobre un pequeño arañazo o pinchazo. La reacción aparece como una pequeña área enrojecida en la piel. Una reacción tras un examen de la piel no siempre significa que el paciente es alérgico al alergeno que causó la reacción.
Un examen de sangre
El examen de sangre se utiliza para medir el nivel de anticuerpos IgE del paciente frente a alergenos específicos. Un examen de sangre común se llama RAST
La complicación más temida de cualquier tipo de alérgia es el choque anafiláctico: El choque anafiláctico es la más severa forma de reacción alérgica que puede afectar al cuerpo entero, la anafilaxis ocurre cuando una persona ha sido expuesta a alguna sustancia que le causa alergia, la reacción puede ocasionar problemas respiratorios, pérdida de la conciencia e incluso la muerte, el choque anafiláctico es una emergencia médica que requiere tratamiento médico inmediato y seguimiento por un médico calificado, las sustancias más comunes son los alimentos, las medicinas y las picaduras de insectos.
Cuando existan lesiones activas de dermatitis, como enrojecimiento, ronchitas, grietas, ó engrosamiento de la piel, deberán de usarse cremas con medicamentos anti-inflamatorios de tipo corticoide ó cortisonas, -siempre recetadas por un médico, de preferencia especialista-. A veces ameritarán de acompañarse por antisépticos ó antibióticos locales en forma separada ó mezclada. En la mayoría de los casos se deberán tomar además antihistamínicos, los cuales quitan la reacción alérgica y disminuyen el prurito en forma inmediata. Es necesario recalcar que las cremas con cortisona indicadas y aplicadas en forma adecuada por un especialista, son la base de una rápida mejoría en éste tipo de padecimiento, por lo que no deberán de dejarse de aplicar si están indicadas.
Debe de entenderse que la mayoría de las personas con alergia de la piel, la tendrá siempre muy sensible, y a pesar de una buena evolución inicial, pueden presentarse fácilmente recaídas debido al carácter crónico del padecimiento, ya que existen también otros factores asociados a la alergia relacionados con la alta sensibilidad de éste tipo de piel.
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