En los últimos años el índice de alcoholismo en las mujeres mexicanas ha superado al de los hombres, y las consecuencias familiares y sociales de esta adicción son mayores.
De acuerdo a datos del Movimiento Internacional 24 horas de Alcohólicos Anónimos (AA), en México, el alcoholismo ocupa el tercer lugar como causa de muerte entre las mujeres, entre 35 y 45 años de edad, indican que casi el 90% de las mujeres alcohólicas son casadas, el 78% tienen hijos; sin embargo, los datos no revelan la cantidad de jóvenes que ingieren alcohol de forma adictiva.
Las consecuencias que tiene este problema de salud en la vida de las mujeres son:
Abandono de las responsabilidades en el hogar; en especial, la atención de los hijos
Mal ejemplo, maltrato y abandono de los hijos
Si la mujer está embarazada, el bebé puede desarrollar malformaciones genéticas
Menopausia precoz y menstruaciones irregulares
Mayor probabilidad de desarrollar cirrosis hepática
Demencia y pensamientos suicidas
Aunque las mujeres ingieren menos cantidad de alcohol que los hombres, los efectos son mayores y más rápidos en su organismo, ésto se debe a que el organismo femenino tiene un mayor contenido en grasa y una menor proporción de agua. Además, «el qué dirán» hace que la mujer tienda a beber a escondidas y siga un patrón de bebedor intermitente, al consumir grandes cantidades de alcohol en breves periodos de tiempo, y favoreciendo más rápidamente la aparición del alcoholismo.
La vida estresante de hoy en día provoca que muchas mujeres (solteras, casadas o madres de familia) se sientan profundamente insatisfechas e infelices. Eso genera que usen la bebida como una vía de escape, en lugar de buscar ayuda profesional. Además, la adicción al alcohol posee unas características especiales en la población femenina:
Niegan su patología, lo que dificulta su detección y se retrasa la aplicación del tratamiento.
Presentan depresión y con mucho sentimiento de culpabilidad, lo que suele acompañarse de cuadros psicosomáticos.
Hay una mayor aparición de cuadros histéricos que se ven reflejados en una más frecuente presencia de intentos de suicidio.
Por otra parte, a nivel de relaciones familiares, la mujer empeora su relación con los miembros del hogar, por lo que se registra una mayor tasa de separaciones y divorcios.
Respecto a los antecedentes personales, se ha demostrado que el alcoholismo femenino está más relacionado con una historia familiar de abuso de este tipo de bebidas que en los hombres, hay una serie de mecanismos genéticos que influyen en la transmisión de la adicción. Algunos estudios describen a las madres de mujeres alcohólicas como duras y bastante distantes, con padres ausentes o insuficientes de carácter.
Otra clave en el alcoholismo de la mujer es una mayor privación afectiva infantil por la pérdida de un progenitor, por separación, divorcio o muerte. También hay que destacar el alto impacto de antecedentes de abusos sexuales en la infancia, que presentan muchas de las mujeres que desarrollan problemas relacionados con el consumo de alcohol.