Luego de medir el contenido de alcohol en la sangre de 382 adultos que asistieron a 13 encuentros de béisbol y 3 partidos de fútbol americano, los investigadores de la Universidad de Minnesota hallaron que l 8% de de los aficionados encuestados tenían 0.08 de alcoholemia o superior, lo que se considera el límite legal de intoxicación. También descubrieron que los que se reúnen antes del juego, tuvieron 14 veces más probabilidades de salir borrachos del juego.
El estudio, aparentemente el primero en los EE. UU. En intentar medir los niveles de alcoholemia luego de los eventos deportivos profesionales, también determinó que los aficionados menores de 35 años tenían 9 veces más probabilidades de estar borrachos.
Según el estudio, cerca de uno de cada cuatro asistentes que celebró antes del juego dijo haber consumido cinco o más bebidas alcohólicas. Además, los que tenían los niveles de alcoholemia más elevados habían consumido en promedio 6.6 bebidas.
En realidad no hay muchos estudios que examinan específicamente una medida objetiva de cuánta gente bebe en estos eventos comenta Darin Erickson, autor del estudio y profesor asistente de epidemiología y salud comunitaria de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Minnesota. Erickson y su equipo preguntaron a los aficionados que salían de los eventos deportivos si aceptaban someterse a una prueba anónima con un alcoholímetro y una encuesta verbal de cinco minutos para evaluar sus niveles de consumo de alcohol antes y durante el juego.
El estudio aparece el 18 de enero y será publicado en la edición impresa de abril de la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research.
Erickson aseguró que era un reto lograr que los aficionados aceptaran someterse a la prueba, no solo porque quizá hayan deseado ocultar sus niveles de alcoholemia, también porque en su mente lo único importante es ganarle al tráfico y llegar a casa. Nos preocupa no lograr encuestar suficiente gente. Los expertos en alcohol aseguraron que la cantidad de aficionados que abandonan los estadios en estado de embriaguez desde el punto de vista legal probablemente sea superior al 8% sobre el que se informó.
Las cifras son sorprendentes y alarmantes, aseguró el Dr. Stephen Ross, profesor asistente de la Facultad de medicina de la Universidad de Nueva York y director clínico del Centro Langone de Excelencia para la Adicción de la NYU.
Es bien sabido que se bebe mucho en los juegos de pelota, comentó Ross. Es parte de la cultura del juego. La cultura determina más el uso de sustancia que casi cualquier otro factor. Claramente, es un riesgo para la salud pública
Michael Hilton, subdirector de la división de investigación en epidemiología y prevención del Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo de EE. UU., aseguró que es razonable suponer que mucha gente sale de los eventos deportivos demasiado intoxicada para conducir de regreso a casa con seguridad.
En universidades y otros lugares donde se celebran eventos deportivos importantes deberían implementar o mejorar sustancialmente las políticas que revisan la sobriedad de los conductores, desalientan las reuniones antes del juego o sirven demasiadas bebidas alcohólicas a los clientes.
El estudio nos recuerda que sí se bebe en exceso en los eventos deportivos y que esto probablemente contribuya a los accidentes y lesiones, o incluso a muertes, por conducir en estado de embriaguez, los esfuerzos por reducir este grave problema, como la educación, los controles policiales del tráfico alrededor de los estadios y no vender más alcohol en la parte final del partido, tienen mucho valor.
En una investigación relacionada, los científicos que estudiaban la violencia masculina en los bares hallaron una diferencia clara entre los victimarios y las víctimas de agresión en los bares. El estudio, que aparece el 18 de enero y serán publicados en la edición impresa de abril de Alcoholism: Clinical and Experimental Research, reclutó a 675 bebedores jóvenes de sexo masculino que habían estado en un bar o una taberna durante los 12 meses anteriores.