El concepto «adicción sexual» no está incorporado en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales de la Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos, pero estudian la posibilidad de incluir el término «desorden hipersexual»
La Organización Mundial de la Salud tampoco la reconoce como una adicción, pero maneja el concepto de «deseo sexual excesivo».
Alexandra Katehakis, quien es la directora del Centro para un Sexo Saludable, en la ciudad de Los Ángeles, tiene 13 años trabajando en sexo, erotismo y compulsión sexual o «adicción al sexo».
El cerebro puede hacerse adicto a los químicos que se liberan durante el acto sexual o cuando ve pornografía. El centro de recompensa del cerebro se estimula de gran manera y, si esto ocurre frecuentemente, el cuerpo produce una ansiedad por elevar la actividad de los neurotransmisores. En este caso es muy difícil detener la actividad sexual.
Uno de los problemas de la «adicción al sexo» es que los «adictos» suelen sentir vergüenza, sensación de vacío, arrepentimiento, remordimiento y ansiedad después del acto pero no placer.
Otra característica de la adicción también sería el vaivén de emociones.
La clave del problema: para salir del bajón la única solución parece ser otro encuentro sexual, por lo que se va en busca de más sexo. Se estima que el problema afecta al 6% de la población. De ese porcentaje, 1 de cada 5 adictos al sexo son mujeres.
Y aunque durante mucho tiempo se trató de un tema tabú, los escándalos sexuales de famosos llevaron el tema a las primeras planas de los diarios, como por ejemplo el caso del número 1 del golf, Tiger Woods, que salió a la luz a finales del año pasado. Tras el escándalo, clínicas especializadas en Estados Unidos y el Reino Unido registraron un incremento de las personas que buscaron ayuda.
La sociedad tiene mucho más conciencia del problema. La gente empieza a entenderlo más y a buscar ayuda porque sabe que hay ayuda disponible, la frecuencia del problema también está creciendo porque más gente se está haciendo adicta a la pornografía en Internet.
Pero, ¿cómo se comporta una persona con una adicción sexual?
Tiene cierto tipo de comportamientos como sexo frecuente casual o sexo de alto riesgo.
Uso excesivo de pornografía
Querer detener o cambiar el comportamiento sexual
Sentir que es imposible parar
Usar el sexo como una manera de hacerle frente a otros problemas
Necesitar más sexo para obtener el mismo resultado
Sentirse triste o culpable
Pasar cada vez más tiempo pensando y planeando actividades sexuales
Perderse eventos sociales importantes o incluso el trabajo para conseguir más sexo
Las clínicas para esta disfunción suelen utilizar los programas de 12 pasos de Alcohólicos Anónimos. Una típica terapia ofrece una rutina diaria que incluye meditación por las mañanas y ejercicio para generar confianza en los pacientes. También se realizan entrevistas para encontrar indicios de traumas de la infancia, terapias en grupo y terapias artísticas, donde el paciente se dibuja a sí mismo. Una parte sustancial implica poner por escrito la historia sexual: desde las primeras memorias del despertar sexual y los encuentros iniciales con la pornografía. Desde ahí hasta el presente.
Entre la lista de cosas prohibidas para adictos al sexo se encuentran: tener contacto con la familia, masturbarse y ver pornografía.
Una vez que se detiene el comportamiento problemático el trauma emocional subyacente se resuelve por lo que la persona puede volver a tener sexo sin culpa, vergüenza ni mentiras.