Tener una adicción en la mayoría de los casos presenta un estigma social, pero una nueva investigación realizada por la Dra. Rebecca Puhl del Centro Rudd de Políticas Alimentarias y Obesidad de la Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut, sugiere que puede ser que los demás perciban la adicción a la comida como algo menos negativo que la adicción al tabaco o al alcohol.
Para realizar el estudio, los investigadores encuestaron a 1,200 personas adultas sobre lo que sentían con respecto a distintas clases de adicciones y encontraron que la adicción a la comida tenía una probabilidad menor de provocar una respuesta negativa que otras adicciones.
En comparación con las personas adictas al alcohol o al tabaco, quienes son adictos a la comida eran percibidas más agradables, con las que es más fácil identificarse y se las veía con menos enojo y disgusto. Las personas con adicción a la comida tenían menos probabilidades de que les culparan por su adicción que las personas adictas al tabaco o al alcohol.
Sin embargo, los participantes expresaron más irritación, enojo y disgusto por la adicción a la comida si la persona era obesa, la etiqueta de «adicto a la comida» puede aumentar el sentimiento de culpabilidad por tener sobrepeso con que se acusa a las personas obesas.
Los resultados del estudio se publicaron en la revista Basic and Applied Social Psychology.
Los hallazgos ofrecen una visión preliminar de cómo se percibe la adicción a la comida entre otros problemas de salud y de cómo esto afecta a las actitudes del público con respecto a la obesidad, comenta la Dra. Puhl.
Fuente: Yale University