Novedades sobre el gen de la obesidad

Un nuevo estudio revela que una mutación genética podría predisponer a la obesidad.

Un nuevo estudio con animales, publicado en la revista Nature, sugiere que una mutación genética podría poner a ciertas personas en mayor riesgo de obesidad si consumen dietas ricas en grasa.

Actualmente los usos prácticos de la investigación parecen ser limitados, pero se espera que los médicos podrían hacer pruebas de la mutación en humanos y recomendarles que eviten ciertas dietas, señaló el coautor del estudio, el Dr. Gozoh Tsujimoto, profesor del Departamento de Ciencias del Descubrimiento de Fármacos Genómicos de la Universidad de Kioto, en Japón. Tsujimoto planteó que eventualmente también podría ser posible administrar a las personas fármacos para combatir los efectos de la mutación.

Si esto sucede, podría haber «un nuevo camino a la atención de salud personalizada», aseguró Tsujimoto.

Los científicos se han dedicado a estudiar los vínculos genéticos con la obesidad que podrían hacer que algunas personas tiendan a acumular peso.

En el nuevo estudio, los investigadores observaron al componente del sistema interno de comunicación del organismo que tiene que ver con la regulación del apetito y la producción de células grasas.

Los investigadores hallaron que los ratones que carecían de ese componente eran 10 por ciento más gordos que otros ratones cuando a todos se les suministraba una dieta rica en grasa. Los ratones sin el componente también desarrollaron una mayor intolerancia a la glucosa.

Las investigaciones llevadas a cabo con animales no siempre son aplicables a los humanos, y se necesita mucho más estudio. Sin embargo, los investigadores hallaron que los europeos con la mutación genética, llamada GPR120, eran mucho más propensos a ser obesos.

«Nuestro estudio demostró por primera vez el gen responsable de la obesidad inducida por la dieta», apuntó Tsujimoto.

Según Tsujimoto, más del tres por ciento de los europeos portan el rasgo. El próximo paso para los investigadores es estudiar su prevalencia en japoneses, coreanos y chinos.

¿Qué puede hacerse con el conocimiento sobre el rasgo?

Tsujimoto dijo que los médicos podrían aconsejar a las personas que tienen el rasgo, que eviten las dietas ricas en grasa. Hay una prueba disponible para detectar el rasgo, y cuesta unos 200 dólares en Japón, apuntó Tsujimoto.

Aunque potencialmente se podrían desarrollar fármacos que reviertan los efectos del rasgo genético, aún no existen, añadió Tsujimoto.

Ruth Loos, directora de Genética de la Obesidad y Rasgos Metabólicos Relacionados en la Escuela de Medicina Monte Sinaí en la ciudad de Nueva York, señaló que «estos hallazgos proveen otra pieza de lo que ha resultado ser un gran rompecabezas que describe las causas de la obesidad».

Hallazgos coherentes en ratones y humanos han colocado el rasgo «en el mapa de la obesidad con mayor firmeza, y proveen un nuevo punto de inicio para más investigación sobre la función de este gen», aseguró Loos.

«Esto es solo el principio de lo que probablemente sean muchos años de investigación para desenredar los mecanismos fisiológicos que subyacen la relación entre este gen y el riesgo de obesidad», apuntó. «Solo podremos pensar sobre el desarrollo de un fármaco cuando comprendamos mejor la fisiología y la biología».


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