Se encontró la bacteria multiresistente a los medicamentos, Acinetobacter baumannii (MDR-AB), en casi la mitad de las habitaciones de los pacientes, que estaban infectados o colonizados por este germen.
Para controlar las infecciones nosocomiales, es importante conocer la prevalencia de la contaminación por A. baumannii en el entorno del paciente, además de cuales superficies se contaminan más frecuentemente.
Un equipo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland, Baltimore, EUA tomó muestras de 10 superficies en 50 habitaciones ocupadas por pacientes con una historia reciente de menos de dos meses antes de que las muestras fueran tomadas o una historia remota de más de dos meses de pacientes con MDR-AB.
Las superficies incluyeron la mesa de noche, la chapa de la puerta, la almohada táctil del monitor de signos vitales, las barandillas de la cama, el lavabo, las manijas del cajón del carro de suministros, el botón de llamada de enfermera, la almohada táctil de la superficie del ventilador, la bomba de infusión, y el suelo a ambos lados de la cama del paciente.
El equipo encontró que el 9,8% de las muestras obtenidas representando el 48% de las salas analizadas mostraron crecimiento del medio ambiente de la bacteria MDR-AB. Ellos descubrieron que las superficies más contaminadas eran los pisos (16%), las barandillas (10,2%), las manijas del cajón (20%), las bombas de infusión (14%) y las almohadillas táctiles del ventilador (11,4%). También comprobaron que el 85% de las superficies ambientales coincidió con la cepa de la persona infectada en ese cuarto. También determinaron que los individuos con una historia reciente de la colonización o infección por MDR-AB tenían la misma susceptibilidad de contaminar el medio ambiente que aquellos con una historia remota de MDR-AB.
Para los pacientes con MDR-AB, el entorno está frecuentemente contaminado, incluso entre pacientes con una historia remota de MDR-AB. Además, las superficies tocadas con frecuencia por los trabajadores de la salud durante el cuidado rutinario del paciente y generalmente contaminadas y pueden ser una fuente de transmisión nosocomial. El estudio fue publicado en la revista American Journal of Infection Control.
Fuente: University of Maryland School of Medicine