La meditación parece ser una buena ayuda para tolerar el dolor físico. Las personas que meditan regularmente encuentran el dolor «menos desagradable».
La meditación se practica desde hace milenios en Oriente. Se caracteriza por enfocar la atención en un objeto externo o en un propio pensamiento. Esta disciplina se investiga desde hace escasas décadas en la medicina occidental, pero cada día surgen nuevos discípulos de esta práctica milenaria.
Los investigadores de la Universidad de Manchester en el Reino Unido analizaron la meditación como herramienta contra el dolor ya que la depresión ocurre en hasta el 50% de las personas con dolor crónico. El Dr. Christopher Brown, autor principal del estudio, dijo que es fundamental desarrollar nuevos tratamientos para tratar el dolor y sin embargo, los científicos ahora empiezan a estudiar como la meditación podría reducir el impacto emocional del dolor. Los resultados del estudio fueron publicados en la revista científica Pain.
El Dr. Brown observó que mientras los voluntarios esperaban sentir dolor inducido por láser, las regiones del cerebro relacionadas con la anticipación al dolor se activaban menos en los meditadores. A su vez, aquellos con más experiencia en esta disciplina mostraron una anticipación aún menor.
Los autores también notaron que las personas que meditaban registraron una actividad inusual en su corteza prefrontal al anticipar el dolor. Esta región del cerebro se relaciona con el control de la atención y el procesamiento del pensamiento frente a posibles amenazas.
La meditación entrena al cerebro para estar más enfocado en el presente y por lo tanto a destinar menos tiempo a anticipar eventos negativos futuros. Esta podría ser la razón por la cual la meditación es efectiva al reducir la recurrencia de la depresión, que empeora considerablemente la situación del dolor crónico.