La rabia es una enfermedad mortal, causada por el contagio de un virus de la familia Rhabdovirus, que se transmite por secreciones infectadas, generalmente por saliva de animales.
Este virus se transmite entre animales y de estos al hombre a través de la mordedura de animales domésticos como perros y gatos, pero también por especies silvestres como ardillas, murciélagos y zorrillos y en menor proporción, zorros y coyotes. Se calcula que cada año la rabia es la causante de 15 mil muertes en el mundo.
En México, el número de mordeduras de animales es de alrededor de 120 mil al año, sin embargo se estima que solo se requiere de tratamiento en aproximadamente 40 mil casos. De ellos, menos de un caso por año ha resultado positivo.
Los síntomas se manifiestan entre 30 y 60 días después del contagio. Entre los primeros signos que surgen, destacan la fiebre, dolor en la zona de la mordedura, que luego se convierten en dificultad para deglutir, inquietud, excitabilidad, espasmos musculares, entumecimiento y pérdida de sensibilidad en algunas zonas del cuerpo.
La rabia es ocasionada por un virus, que se transmite entre animales y al hombre por la saliva de un animal infectado, el virus se reproduce en la zona muscular y después se traslada al sistema nervioso central, pasando a riñones, pulmones, hígado, piel y corazón.
El virus daña las células nerviosas, lo que ocasiona la famosa sensibilidad ante la luz o el ruido, en tanto que otra de sus características, el incremento en la saliva, se interpreta de manera popular como espuma en la boca.
Para determinar si una persona ha adquirido la rabia se puede reunir la información sobre el animal atacante, a fin de determinar si estaba infectado.
De no presentar síntomas claros, se le debe sacrificar y realizar un examen de laboratorio, denominado Inmunofluorescencia, que se aplica en los tejidos cerebrales del animal, asimismo se analiza la saliva y el liquido cefalorraquideo.
De no atenderse, el paciente desarrolla los síntomas, para entrar en coma y finalmente sobreviene la muerte.
El tratamiento consiste en la aplicación de la vacuna antirrábica, hoy en día ya no se requiere de una larga serie de inyecciones dolorosas, sino un procedimiento sencillo y poco molesto que consiste en 7 dosis de vacuna que se aplican vía intramuscular mediante pequeñas agujas, similares a la que usan los diabéticos para aplicarse insulina.