La filariasis son un grupo de enfermedades parasitarias contagiosas, ocasionadas por gusanos en forma de hilo o “nemátodos” y que se transmiten de humano a humano por insectos como los moscos.
Existen 3 tipos de esta enfermedad: la Linfática o Elefantiasis, la Loasis y la Oncocercosis.
Estos padecimientos son altamente incapacitantes y se presentan en las zonas tropicales del mundo, en especial Africa, Asia y Centroamérica en donde se estima, hay más de 120 millones de infectados.
Por lo general, el contagio no presenta síntomas, hasta que se inicia la fase aguda.
En el caso de la Filariasis Linfatica o Elefantiasis, se presenta fiebre, y escalofríos y también puede presentarse inflamación de vasos linfáticos y ganglios así como en piernas y genitales. Con el tiempo, la obstrucción de los vasos linfáticos por las larvas ocasiona que el tejido infectado se inflame, ocasionando el engrosamiento de la piel en esa zona y una superficie verrugosa que recuerda la de un elefante. Esto puede presentarse tanto en piernas, como brazos, mama, vulva, escroto y pene.
En el caso de la Loasis, pueden transcurrir hasta un año sin que se presenten síntomas, hasta que la migración del parásito provoca dolor e hinchazón en la zona afcetada. Al llegar al ojo ocasiona irritación, congestión dolor e hinchazón en los párpados y e incluso el paciente puede ver a la larva desde el interior del ojo,
En la Oncocercosis, los primeros síntomas son la fiebre, aproximadamente un año después del contagio, en tanto que la zona por donde transita el parásito presenta pérdida de elasticidad, engrosamiento, atrofia y al llegar al ojo, el parásito provoca conjuntivitis, queratitis, opacidad de la córnea y ceguera.
La Filariasis más común es la Linfática o Elefantiasis. Esta es ocasionada por la filaria Wuchereria bancrofti y la Brugia malayi. Las larvas se transmiten de una persona infectada a otra por el piquete de moscos Anopheles, Mansonia, Culex y Aedes.
La Filariasis Linfática es ocasionada por el contagio del parásito Wuchereria bancrofti a través del piquete de un mosco. Posteriormente la larva se desarrolla en los vasos linfáticos, especialmente en brazos, piernas y genitales y una vez que han alcanzado su madurez sexual, se reproducen y las nuevas larvas pasan a la corriente sanguínea.
Otra forma de Filariasis es la Loasis, tambien llamado “gusano africano del ojo”, cuya forma de contagio es similar aunque el transmisor es la llamada mosca del ciervo o mosca del mango. En este caso, la larva queda en la piel y entra al organismo por la herida causada por la picadura, hasta que con el tiempo se desplaza por el tejido subcutáneo hasta llegar al ojo, donde incluso puede ser visto por el paciente.
La tercera forma de la enfermedad es la Oncocercosis, donde las larvas ingresan en el paciente para después migrar hacia la piel, ojos y otros tejidos.
El diagnostico se inicia con la observación física de los síntomas, que debe confirmarse con pruebas de sangre y anticuerpos y en el caso de la Oncocercosis de sangre, tomas de la piel afectada y un examen de la cámara anterior del ojo.
Las Filiarasis puede ocasionar diversas complicaciones, todas altamente incapacitantes, de acuerdo al tipo parásito contagiado.
Por ejemplo, de no atenderse la Filariasis Linfática, el paciente puede sufrir de serio daños y gangrena en la zona dañada, con el peligro de una amputación. La Loasis y la Oncocercosis, ocasionan ceguera irreversible.
Los tratamientos contra este padecimiento no son sencillos, pues deben seguirse por largos períodos de tiempo.
En el caso de la Filiarasis Linfática, se recomiendan fármacos como la ivermectina, dietilcarbamacina y albendazol. Sin embargo, estos no consiguen eliminar del todo a los gusanos adultos, por lo que puede recurrirse a otras sustancias especializadas.
Para combatir la Loasis, los médicos consideran adecuado el uso de la dietilcarbamacina, aunque pueden producirse reacciones alérgicas debido a la muerte de los gusanos adultos y puede utilizarse la cirugía para extirpar a los parásitos que han llegado cerca del ojo.
En el caso de la Oncocercosis, los especialistas basan el tratamiento en el uso de la ivermectina.