La forma cómo nos relacionamos con nuestros padres, sobre todo con nuestra madre, es un buen indicador de qué tipo de pareja somos. En el caso de los hombres la relación con nuestras madres puede ser una fuente de conflicto con nuestras novias/esposas, dependiendo de cómo afecte una a la otra. Entonces, ¿como saber de qué pie cojeamos y cuáles son nuestras fortalezas dependiendo de la influencia de mamá en nuestras vidas?.
Te llama diariamente
Si tú y tu mamá siempre están conversando, es probable que le cuentes todo, incluyendo detalles íntimos de tu relación. No sólo sabrá aunque no se lo digas directamente cuándo discutes con tu novia, sino hasta cuándo tienen sexo. Es tu madre, te conoce. No importa cuánto la quieras; hay cosas que como adulto debes reservar sólo para ti y la mujer que está a tu lado. Eso es madurez.
Necesitas constantemente su opinión
Cuando un hombre no puede tomar una decisión sin la opinión de su madre, hay un problema de anulación o de castración. A tu novia/esposa le gustará que respetes la opinión de tu madre, pero cuando usas sus indicaciones o su manera de pensar para guiar tu vida o las cosas que tienes que hacer, ella lo considerará como una señal de que eres demasiado inseguro para pararte sobre tus dos pies. Si no confías en ti mismo para tomar una decisión, ¿cómo se supone que ella confíe en ti?
La menosprecias
Un hombre que no aprecia y que no es agradecido con su madre, la mujer que le dio la vida, usualmente tampoco valora el resto de cosas que tiene en la vida, incluyendo a su novia. Este tipo de hombre usualmente tiene un gran ego y se siente superior a los demás: no agradece nada, porque piensa que el resto sólo está haciendo lo que tiene que hacer, sea su novia, madre o amigo.
No eres cercano a ella
Aunque hay razones legítimas por las que un hombre se aleje de su madre, algunos no tienen la paciencia, tiempo o corazón para quedarse cerca a sus madres. Si no valoras tu relación con la primera mujer que te amó con sus fallas y todo lo más probable es que no hagas de la relación con tu pareja una prioridad. Y lo mismo con la familia que, eventualmente, formarás.
Hablas mal de ella
Es cierto que no todas las madres se merecen el Premio a la Mamá del Año. Pero independientemente de cuán terrible fue (o es) una madre para un hombre, tu tendencia a referirse de mala manera de tu mamá es un pobre reflejo de tu personalidad. Renegar de vez en cuando es comprensible, pero el hablar mal de ella constantemente o estarse quejando de lo que ella hizo muestra una falta de respeto hacia las mujeres y que necesitas seriamente crecer y madurar.
No eres respetuoso
Incluso si fue una madre espantosa en el pasado, si le faltas el respeto delante de otra gente (incluyendo tu pareja) eres un hombre falto de tacto e insolente. Y si eres capaz de tratar a tu madre de esa manera, lo más probable es que no dudes en tratar mal a tu pareja en público, tampoco. Aprende política y respeto al resto.
Piensas que es tu sirvienta
Si todavía esperas que limpie tu cuarto, tienda tu cama, te compre ropa y te lave los platos, tenderás a tratar de apoyarte en otra gente para enfrentar esas labores y esperarás que tu esposa cumpla con ellas.
Para las mujeres un signo de alerta puede ser la relación de su novio con su madre, ya que muy probablemente, de no corregir los malos hábitos, será de la misma manera con su esposa que con su madre, con el paso del tiempo.