Las lluvias primaverales aumentan los niveles de polen, y éstos niveles de polen dependen de las condiciones meteorológicas, la lluvia en primavera “lava” la atmósfera y reduce la concentración de polen, pero si es intensa, breve en el tiempo y de alto contenido eléctrico, puede aumentar la concentración de polen y de alergenos de forma puntual y local. El viento moviliza y reflota el polen y facilita la penetración por las vías respiratorias. En términos generales se denomina periodo de polinización al tiempo que el polen (conjunto de granos diminutos contenido en las anteras de las flores) permanece en el aire.
En el comienzo de la primavera comienza la floración de diversas plantas, que sucede habitualmente de forma repentina, alcanzando elevadas concentraciones, y cuyo periodo de floración es muy corto, aproximadamente 15 o 20 días. En el mes de abril florecen algunas Gramíneas, que son de gran importancia para el paciente alérgico.
Los captadores volumétricos de polen toman ininterrumpidamente una muestra del aire sobre una superficie adhesiva, que se recoge todos los días de forma manual y se lleva al laboratorio, donde es analizado al microscopio óptico por personal especializado.
Las personas alérgicas deben conocer los tipos de polen a los que son alérgicos, así como los periodos de polinización de las plantas que los producen, sus niveles y evolución en el tiempo.
También deben tomar los medicamentos prescritos por el médico. Los medicamentos antihistamínicos pueden producir somnolencia y disminución de la atención, lo que debe tenerse muy en cuenta a la hora de conducir y realizar otras actividades que requieran concentración, por lo que es recomendable viajar en auto con las ventanillas cerradas (evitando, si es posible, desplazamientos en motocicleta o bicicleta).
Se debe tener en cuenta que las concentraciones de polen en la atmósfera son mayores a primera hora de la mañana y última de la tarde, aumentando de forma brusca los días de vientos fuertes y lluvias primaverales con gran contenido eléctrico, por ello se recomienda evitar el contacto del polen con las mucosas de la boca, nariz y ojos, empleando lentes de sol y mascarillas.
En la casa se aconseja utilizar la aspiradora y paños húmedos para limpiar el polvo, para evitar la proliferación de ácaros, también emplear filtros de polen en el aire acondicionado de las casas.
