Científicos británicos crearon un prototipo del test sanguíneo más preciso realizado hasta la fecha para detectar la forma humana de la enfermedad de las vacas locas, su trabajo puede transformar el diagnóstico y control preventivo del desorden cerebral letal.
En un ensayo en estadio temprano, el prototipo logró detectar en sangre humana pequeñas cantidades de partículas causantes de la variación llamada enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (vCJD).
Aunque se necesitan nuevos estudios más amplios para confirmar la efectividad del test, es la mejor esperanza de una prueba de diagnóstico temprano exitosa para la enfermedad, comento Graham Jackson, quien dirigió el equipo del Consejo de Investigación Médica de la Unidad Prion del University College de Londres (UCL).
El científico señaló que esto puede permitir a los médicos evaluar a todas las poblaciones por la infección con la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, medir cuantas personas son portadores silentes y prevenir la transmisión de la enfermedad. La variante de la enfermedad surgió a mediados de la década de 1990 y es la forma humana de la encefalopatía espongiforme bovina, comúnmente conocida como enfermedad de las vacas locas.
Se cree que la condición, que afecta el cerebro, pasó de las vacas a los humanos a través de alimentos infectados. Provoca cambios de personalidad, pérdida de la función corporal e incluso la muerte.
Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), muestran que desde octubre de 1996 hasta noviembre del 2002, se informaron 129 casos de enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en Gran Bretaña, seis en Francia y uno en cada uno de los siguientes países: Canadá, Irlanda, Italia y Estados Unidos.
Los especialistas indican que la enfermedad afecta a alrededor de una persona por millón cada año en todo el mundo, pero las proteínas infecciosas que causan la condición pueden habitar el cuerpo de una persona por hasta 50 años antes de que aparezcan los síntomas, durante ese tiempo, un portador de la enfermedad podría transmitirla a otros, posiblemente a través de transfusiones de sangre o por los instrumentos médicos, dado que las proteínas infecciosas en cuestión pueden adherirse con facilidad a las superficies metálicas. El equipo de investigadores evaluó 190 muestras sanguíneas, incluidas las de 21 personas que se sabía que tenían la enfermedad.
El prototipo del test sanguíneo logró detectar la sangre contaminada con una sensibilidad 100.000 veces mayor que cualquier otro método desarrollado hasta el momento.
En un comentario sobre los resultados, publicados en la revista The Lancet, William Heaton, especialista en transfusiones del North Shore-LIJ Health System en Estados Unidos, dijo que la tasa de detección fue «impresionante».
Ya que esto representa un gran comienzo y todos los involucrados en el control de esta enfermedad deberían estar emocionados por este desarrollo.
Fuente: Reuters Health