Bajo la nueva disposición cualquier persona que sea descubierta encendiendo un cigarrillo en algunos de los 1.700 parques o los 23 kilómetros de playa de la ciudad de los rascacielos será multada con hasta 100 dólares. El alcalde, Michael Bloomberg, dijo que la medida se traducirá en 350.000 fumadores menos.
Este verano, los neoyorquinos que acudan a los parques y playas para tomar aire fresco y divertirse podrán respirar un aire aún más limpio y sentarse en una playa que no esté llena de colillas de cigarrillos, Bloomberg tras ganar en la votación, de 36 votos contra 12.
El humo mata a los fumadores pasivos. Nadie debería tener que inhalar el mortal humo de los cigarrillos cuando va a un parque o a la playa, afirma la concejal Christine Quinn, una de las principales impulsoras de la iniciativa. La nueva prohibición forma parte de un programa más ambicioso que establece también más impuestos sobre los paquetes de cigarrillos, que en Manhattan superan los diez dólares.
La ciudad espera que la ley sea autoimpuesta, es decir, que los residentes le recuerden a quien esté por prenderse un cigarrillo que fumar es ilegal. De hecho, la policía no será responsable de hacerla cumplir.
Para algunos, la nueva prohibición lleva las cosas demasiado lejos. Varios de los concejales que votaron en contra de la medida la consideran una violación de los derechos individuales.
El gobierno está siendo demasiado restrictivo en este tema dijo Robert Jackson, un demócrata de Harlem, afirma que sólo una sociedad totalitaria tiene este tipo de restricciones.
También está prohibido fumar en los parques de la ciudad de Los Ángeles y Chicago en los parques con juegos infantiles.
A menudo se le menciona como «la ciudad que no duerme». Nueva York no es todavía la ciudad que no fuma, pero pronto lo será