Desde el momento que abrimos los ojos por la mañana, pasan por nuestra mente ideas que influencian la forma en que vemos a las personas. Tenemos pre-conceptos de nuestra pareja, hijos, compañeros o personal doméstico. Al salir de casa, ya tenemos ideas predeterminadas de los vecinos, del dependiente de la tienda, de los compañeros de trabajo y de cualquier extraño con el que nos crucemos en la calle.
La pregunta es ¿realmente conocemos a las personas que se encuentra detrás de nuestra concepción?, ¿sabemos quienes son? La mayoría de las veces la respuesta es claramente negativa.
Decía la Madre Teresa que “ la principal enfermedad de nuestros días no es la lepra o la tuberculosis, es el sentimiento de no pertenecer”.
Vivimos en “piloto automático” nuestras relaciones interpersonales diarias y nuestra abilidad para interpretar el mundo puede llevar a la desconección, que a su vez puede desencadenar un “mal-estar” en la vida.
A continuación presentamos 4 pasos que podemos poner en práctica hoy con todas las personas con las que entremos en contacto.
1.- Deja a un lado tus “lentes de juicio”. Aunque no lo creas, cada vez que ves a una persona emites un juicio instantáneo. Puede ser el color de su piel, si es gorda o flaca, la expresión de su rostro o el hecho de que te recuerde a alguien. Intenta poner esto a un lado y adopta una nueva mirada.
2.- Observa a la persona. Se trata de una persona que tiene una historia de aventuras, sentido de derrota, amores, miedos, arrepentimientos, triunfos, traumas, familia y amigos.
3.- Pregúntate ¿qué es lo que esta persona más desea? La respuesta está probablemente en ti y tiene que ver con el ser tratada con afecto y tener un sentido de pertenencia.
4.- Brinda un gesto que pueda llenar ese deseo. Sonríe e la persona, pregúntale si la puedes ayudar en algo, escucha lo que tiene que decir, si es un familiar o un amigo dile que lo quieres, etc.
Cuando quienes nos rodean se sienten comprendidos y apreciados, surge en ellos un sentimiento de aceptación y pertenencia. Esto rompe barreras y mejora las relaciones interpersonales.
Hay que ponerlo en práctica y como todo, toma tiempo volverlo una costumbre y parte de nuestra vida y nuestro comportamiento cotidiano.
Fuente: Huffington Post.
Extracto de “A Mindfulness-Based Stress Reduction Workboonk” de Elisha Goldstein, PhD