La hiperactividad se refiere al aumento en el movimiento, la impulsividad, la distracción y la reducción del período de atención. Una creencia popular pero discutible es que los niños tienen mayor probabilidad de ser hiperactivos si consumen azúcar, edulcorantes artificiales o ciertos colorantes de alimentos.
Algunos médicos sostienen que el azúcar, el aspartame y los sabores y colorantes artificiales causan hiperactividad y otros problemas de comportamiento en los niños. Algunos especialistas sostienen que los niños deben seguir dietas especiales que limiten la cantidad de azúcar, sabores o colorantes que consumen.
Es importante recordar que los niveles de actividad en los niños varían con la edad. Un niño de 2 años por lo general es más activo y tiene un período de atención más breve que un niño de 10 años. El nivel de atención de un niño también varía dependiendo de su interés en la actividad, el nivel de tolerancia del adulto que supervisa también juega un papel: los padres pueden tolerar a un niño altamente activo en un parque en la mañana, por ejemplo, mejor de lo que lo pueden hacer en casa por la tarde o en la noche.
Sin embargo, si una dieta especial de alimentos sin sabores ni colorantes artificiales funciona para un niño, puede deberse a que la familia ha comenzado a interactuar entre sí de forma diferente cuando están siguiendo la dieta especial. Estos cambios en los hábitos de la alimentación, y no la dieta en sí, pueden mejorar el comportamiento y el nivel de actividad del niño.
Los azúcares refinados pueden tener algún efecto en la actividad de los niños, ya que estos azúcares y los carbohidratos ingresan al torrente sanguíneo rápidamente, producen fluctuaciones rápidas en los niveles de glucemia. Esto podría activar la adrenalina y hacer que un niño sea más activo. Algunas veces, la caída de los niveles de adrenalina causa un período de disminución de la actividad.
Muchos estudios han mostrado una relación entre los colorantes artificiales y la hiperactividad. Por otro lado, algunos estudios no muestran ningún efecto de los colorantes en el comportamiento de los niños. Al menos por ahora, el efecto de los colorantes de alimentos sigue siendo un asunto controvertido.
A pesar del verdadero impacto del azúcar en el nivel de actividad de los niños, no se debe olvidar que el azúcar sigue siendo el principal culpable de la caries dental, la obesida infantil. Por lo tanto, se debe limitar la cantidad de azúcares procesados que los niños consumen tanto como sea posible.
Los alimentos ricos en azúcar suelen tener menos vitaminas y minerales y pueden reemplazar alimentos más nutritivos e igualmente tienen muchas calorías innecesarias que pueden llevar a la obesidad.
Si a un niño se le diagnostica alergia, se debe consultar con un nutricionista para que haga recomendaciones específicas de alimentación. Se recomienda dar al niño mucha fibra en la dieta para mantener los niveles de adrenalina más constantes. Para el desayuno, la fibra se encuentra en la avena, el cereal de trigo, los plátanos y las hojuelas integrales. Para el almuerzo, la fibra se encuentra en los panes integrales, los duraznos, las uvas y otras frutas frescas.
Se debe brindar «tiempo tranquilo» de modo que los niños puedan aprender a calmarse en casa. Si el niño no puede sentarse quieto cuando otros niños de su edad lo pueden hacer o no puede controlar el comportamiento impulsivo, se debe acudir una evaluación profesional.