Las armas de fuego en el hogar aumentan la posibilidad de sufrir accidentes, resultar heridos o muertes por mal manejo de un arma. Una persona que tiene un arma en su hogar tiene que estar preparado, psíquica y físicamente.
Las armas de fuego constituyen un riesgo para la vida de todo el grupo familiar. Las armas impactan doblemente: sobre la vida y sobre la calidad de vida para quienes han sido baleados, secuestrados, intimidados, asaltados y violadas amenazadas con un arma de fuego.
Las armas de fuego no distinguen entre quienes la portan y aquellos hacia los cuales va dirigida la agresión, como tampoco distinguen edad, o ciudadanos honorables de delincuentes.
Las armas tienen el potencial de terminar con la vida.
Las mujeres son minoría entre los usuarios o tenedores de armas, y a la vez, son potenciales víctimas de situaciones en donde el arma es usada para amenazarlas o agredirlas.
Las mujeres son además quienes padecen el dolor por la pérdida de sus hijos, hermanos, esposos y padres, siendo los hombres las principales víctimas de armas de fuego.
La muerte o incapacidad de los hombres produce un alto impacto en las familias, que ven reducidos los ingresos del hogar y las posibilidades de crecimiento y movilidad social. Además, y por su carácter natural de madres, son las que más percepción tienen del valor de la vida.
Las estadísticas señalan que los sectores más afectados por la violencia armada son especialmente jóvenes, varones y pobres. La falta de políticas de inclusión y contención para los jóvenes afectados por la marginalidad y la desigualdad constituyen una de las principales causas de incursión en actividades delictivas o comportamientos antisociales por parte de este grupo etario.
La presencia, propagación y circulación de armas en manos de civiles se valida en concepciones socialmente arraigadas que privilegian el ejercicio de la fuerza y la agresión como forma de conseguir seguridad, contrarrestar las amenazas y/o mantener el orden. Justificado por la inseguridad provocada por la delincuencia se adquiere un arma, pero el arma misma representa un factor de amenaza de violencia para otros.