Cada vez más cadenas de restaurantes y franquicias de comida rápida incorporan las calorías en sus menús, pero un estudio dirigido por Holly Wethington, del Centro Nacional para la Prevención de las Enfermedades Crónicas y la Promoción de la Salud de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en Atlanta, EUA, sugiere que sólo uno de cada tres comensales lee esa información.
La buena noticia es que la mayoría que lo hace la tiene en cuenta al decidir qué comer.
La comida de los restaurantes tiende a tener muchas más calorías de lo que la gente piensa y que lo que se cocina en casa, debido a la preparación o el tamaño de las porciones.
Algunas ciudades en EUA, incluida Nueva York, les exigen a las cadenas de restaurantes que publiquen las calorías de sus productos. La ley de reforma del sistema de salud estadounidense, obliga a las cadenas de restaurantes con más de 20 locales en el país a difundir la información nutricional de sus menús.
El nuevo estudio incluyó información de la encuesta nacional HealthStyles del año 2009 sobre las actitudes, el conocimiento y las conductas asociadas con la salud.
El equipo dirigido por Wethington analizó las respuestas de 4.363 participantes; la mitad concurría a cadenas de restaurantes o casas de comida rápida menos de una vez por semana, mientras que un 10%lo hacía tres o más veces por semana y otro 10% dijo que nunca comía en esos restaurantes.
El 36% de quienes veían la información calórica en los restaurantes la leía y el 95% de ellos la utilizaba por lo menos alguna vez, quienes concurrían a esos restaurantes tres o más veces por semana eran menos propensos a leer la información calórica que quienes no iban con tanta frecuencia. Las mujeres la leían más que los hombres.
Al analizar los resultados de ciudades como Nueva York, Seattle y Filadelfia, se observó un aumento del interés en las etiquetas de las calorías desde antes de que se exigieran en esas ciudades.
Aun así, y excepto el estudio de Seattle que detectó una reducción de las calorías que consumían las mujeres y en general en las cafeterías, estos estudios no hallaron variaciones en la cantidad de calorías que ingerían los comensales antes y después de la implementación de las normas de etiquetado.
Se espera que la difusión de la información calórica motive a los restaurantes a ofrecer opciones más saludables.
Las investigaciones habían sugerido que los restaurantes de comida rápida están ofreciendo más ensaladas y otras opciones de bajas calorías que antes. Los resulatdos del estudio se publicaron en la revista Journal of Public Health.
Esta información ayuda a los consumidores a seleccionar opciones sabrosas y sustanciosas, pero quizás con menos calorías para poder controlar el consumo calórico diario.
Equilibrar el consumo calórico diario con la actividad física ayuda a manejar el peso corporal. Saber cómo usar la información calórica nos permite comprender la utilidad de la educación nutricional y de los mensajes sobre las calorías en los puntos de venta.
Fuente: Journal of Public Health