Una investigación dirigida por el Dr. Juan A Hermoso Solano del Instituto de Química-Física Rocasolano Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Notre Dame, en Indiana EUA, ha caracterizado el mecanismo por el que el patógeno multirresistente Staphylococcus aureus desarrolla resistencia a la mayor parte de los antibióticos convencionales.
Este patógeno es el responsable de un gran número de enfermedades que van desde afecciones en la piel e infecciones en heridas, hasta neumonías y septicemias que pueden provocar la muerte.
Las infecciones relacionadas con Methicillin-resistant Staphylococcus aureus son de las más importantes entre los patógenos multirresistentes debido a la alta mortalidad que causa anualmente. Según datos recogidos en EUA, el estafilococo dorado causa más de de 80.000 infecciones cada año, de las cuales más de 11.000 acaban con el fallecimiento del paciente.
Según este estudio, la clave de la resistencia de Methicillin-resistant Staphylococcus aureus a los antibióticos beta-lactámicos (como los derivados de la penicilina) es la proteína PBP2a, que está implicada en la biosíntesis de la pared bacteriana del patógeno. En bacterias susceptibles a estos antibióticos las proteínas encargadas de la construcción de dicha pared se ven bloqueadas por los agentes y dejan de reproducirse. Sin embargo, en el caso del Staphylococcus aureus, la proteína PBP2a es insensible a ese bloqueo y permite al patógeno continuar con su ciclo celular aún en presencia de antibióticos.
El mecanismo que permite a la proteína PBP2a resistir a la mayoría de los antibióticos está relacionado con un sitio alósterico, es decir, un sitio muy lejano al sitio activo de la enzima pero capaz de controlar su activación.
Esta estructura ha revelado que la unión de la ceftarolina con el sitio alostérico produce toda una serie de cambios en la proteína que la activan y la dejan sensible a la inactivación por parte del antibiótico. Es como un interruptor que activa la enzima: los antibióticos convencionales no pueden encender ese interruptor, por lo que son inocuos para el patógeno. Un problema de salud mundial. Los resultado del estudio se publicaron en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
La resistencia antimicrobiana supone uno de los problemas más serios para la salud a nivel mundial en la actualidad. La falta de eficacia de los antibióticos incapacita nuestra manera de luchar contra las enfermedades infecciosas y de hacer frente a las complicaciones comunes en pacientes sometidos a quimioterapia en tratamientos de cáncer, en diálisis y en operaciones quirúrgicas, especialmente en aquellas de trasplante de órganos para las cuales la capacidad de tratar estas infecciones secundarias es vital.