El sector de productos proteicos relacionados con el deporte está en auge. Se estima que el mundo consumirá cerca de US$12.000 millones en barras, bebidas y otros suplementos este año.
Actualmente existe una ola de productos que buscan desmarcarse del mundo del deporte profesional y acercarse al de las personas sedentarias.
Las bebidas clásicas de proteínas se caracterizan por presentarse al público en recipientes de gran tamaño y frecuentemente acompañadas de torsos musculosos. Los polvos y barras normalmente están dirigidos a los aficionados al gimnasio y atletas principiantes.
La última generación se posiciona más hacia un estilo de vida saludable, en el Reino Unido, una «bebida con lactosa alta en proteína» llamada Upbeat es el más reciente producto con una gran campaña de mercadeo. Sigue los pasos de For Goodness Shakes, una bebida que en un principio estaba destinada a asiduos air al gimnasio y a atletas, y que ahora consume una mayor variedad de compradores.
En EUA las estanterías de grandes cadenas como Wal-Mart, K-Mart, Walgreens ofrecen todo un abanico de productos proteicos que emulan un estilo de vida sano.
Si bien la ingesta sana de proteínas depende del peso, en promedio, el hombre debe ingerir 55 gramos de proteína al día, mientras que una mujer requiere de 45 gramos, según la Asociación de Nutricionistas Británicos.
Reforzar la dieta con suplementos puede significar considerables cantidades extra de proteína, pues algunas bebidas contienen 35gr por porción.
Todo el mundo necesita proteínas en su dieta diaria pues es esencial para los tejidos del cuerpo, para el crecimiento y contribuye en la masa muscular y la salud de los huesos, pero procesar proteínas en exceso puede significar presionar más los riñones, lo que podría producir cálculos o incluso una posible falla del órgano.
Sólo grupos vulnerables, como aquellos que se están recuperando de una cirugía o gente mayor frágil, tienden a necesitar más proteína, para lo cual necesitan acudir antes al médico.
Sin embargo, hay quienes abogan por mayores proporciones de proteínas en la dieta, con el argumento de que la principal corriente de asesoramiento nutricional es anticuada y que las personas activas necesitan mucho más.
De acuerdo con Chris Schmidt, investigador analista de la firma de estudios de mercado Euromonitor International, los pioneros en consumir estos productos fue un grupo de atletas extremamente aficionados a alzar pesas en gimnasios, la idea era que los músculos se dañaban tras intensos entrenamientos de levantamiento de pesas y que se podían reparar y desarrollar con una bebida de suero de leche. Estos batidos eran vistos como una alternativa eficiente y muy conveniente a los grandes y pesados platos para consumir grandes cantidades de proteínas.
Sólo un puñado de tiendas especializadas vendían estos polvos y normalmente se captaban nuevos consumidores a través de los entrenadores personales, a estos musculosos les siguieron atletas profesionales, y después los atletas amateurs y universitarios.
Se convirtieron en una especie de usuarios de por vida y esa fue una de las razones de que se rompiera el estigma, porque cualquier chico lo tomaba, no sólo alguien como Arnold Schwarzenegger.
El resultado ha sido un agudo incremento de las ventas, las cifras mundiales de ventas de productos deportivos relacionados con proteínas creció de casi US$3.800 millones en 2007 a US$7.400 millones en 2012, y se estima que para el 2017 la cifra alcanzará los casi US$12.000 millones.
En general, estos productos se benefician del aura de saludable que rodea a la palabra «proteína».
Para mucha de la gente que consume estas bebidas y otros suplementos lo que ofrecen estos productos es la conveniencia, en vez de la creencia de que son una comida alternativa.