El temor a perder el control sobre el propio pensamiento, la conducta o los impulsos, es frecuente en los trastornos de ansiedad.
En algunos casos, ese sentimiento de descontrol, desorden o irrealidad, se equipara a la idea de trastornarse o volverse loco. En casos extremos este miedo está en la base de las llamadas “fobias”, que se caracterizan por la percepción de un alto riesgo de perder la cabeza, trastornarse, en un momento dado y, como consecuencia, hacer algo grave e irreversible, como tirarse desde al balcón, , hacer daño a niños u otras personas, o empujar a alguien al tren o al paso de los coches, etc. La presunción de que pueden trastornarse, lleva a las personas a estar especialmente alertas y evitar aquellas circunstancias, dónde, si se llegara a perder la razón, las consecuencias fueran más graves e irreversibles. No es que tenga intención de hacerlo, todo lo contrario: lo último que quieren es eso, y por ello, quieren estar advertidos y prevenir los riesgos para que ni siquiera en un supuesto “momento de locura” pudieran hacerlo.
Estos pensamientos, que confunden e importunan a algunas personas, son efecto de extremados sistemas de prevención, sin embargo son tomados por el sujeto como si fueran impulsos internos o pensamientos perversos que les llevarán a hacer lo que no quieren, muchos pacientes interpretan estos fenómenos como indicadores de sufrimiento.