Tener la capacidad de enfrentar la adversidad es una de las herramientas más valiosas en la vida. Tú podemos desarrollarla. Solo debes hacer uso de ciertos recursos con los que todos contamos. Estos son control, autoestima, optimismo, aceptación y sobretodo resiliencia. Se trata de elementos esenciales para hacer frente a los momentos difíciles de la vida.
Lo primero es establecer la diferencia entre lo que depende de nosotros y lo que no. Por ejemplo, tú puedes cambiar una amistad que resulta tóxica, drena tu energía y hace que tu vida sea miserable. Sin embargo, no puedes modificar condiciones externas como desastres naturales o una pandemia. Lo que sí depende al 100% de ti, es cómo reaccionas ante ello.
Bases científicas
Un estudio de Universidad Autónoma de Madrid, identifica algunos factores que favorecen que las personas puedan enfrentar la adversidad. Dicha investigación incluyó a 171 adultos españoles y mexicanos de 18 a 87 años de edad. Todos habían vivido situaciones difíciles, como una separación, perder el empleo, la muerte de un ser querido o el embargo de la casa.
Este tipo de situaciones propicia altos niveles de estrés y hace que disminuya tu satisfacción con la vida. Lo maravilloso es que tú puedes modificar como te sientes al respecto. Quienes hacen uso de los recursos mencionados al inicio están mucho más satisfechos con su vida.
¿Cómo lograrlo?
Puede sonar difícil lograrlo… ¿Cómo puedes estar feliz si tu comunidad enfrenta una tragedia? ¡Sí, es posible!
Lo primero que debes hacer es pensar en que el cambio es una constante, y las condiciones se van a modificar. Obviamente debes visualizar que cambiarán para bien. Ahí debes recurrir al optimismo. No importe cuan difícil sea la situación, siempre podrás sacar algo positivo, por lo menos aprendizaje.
En segundo lugar piensa en lo que tú puedes hacer al respecto. Por ejemplo, en el caso de una pandemia implementa todas las medidas a tu alcance para prevenir la enfermedad. De esta manera vas a tener un sentido de control, fundamental para amortiguar el estrés. En el momento que sientes que tú estás haciendo todo lo que está a tu alcance, no hay sentimiento de culpa. Eso te permite liberar el estrés. Si eres una persona religiosa, podrás el resto en manos de Dios. De lo contrario, saber que hiciste todo lo que tú podías te permite sentirte competente y valioso(a).
En tercer lugar, recurre a tu red de apoyo familiar, social o laboral. El rodearte de personas compasivas y que tienen empatía es indispensable. Ello te permite sentirte querido(a) y valorado, dando a tu vida un mayor significado.
Todo lo anterior te permite poner en práctica la resiliencia. Este término se refiere a la capacidad de adaptarse a las nuevas condiciones. No se trata de cerrar los ojos ante la realidad. Al contrario, lo que buscamos es hacer frente a ella y realizar los cambios necesarios para aceptarla con alegría.
De ti depende padecer las circunstancias o buscarles el lado amable para tener una vida plena y feliz.
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