La epilepsia es una enfermedad neurológica que se caracteriza por una alteración en la actividad eléctrica cerebral que generan convulsiones recurrentes.
Las crisis, pueden se frecuentes o muy raras y su duración puede ser desde unos segundos, hasta 2 o 3 minutos.
Los especialistas las clasifican de la siguiente manera:
Crisis parcial simple. El paciente no pierde la conciencia y se da cuenta de que le va a ocurrir, puede ver o escuchar situaciones imaginarias y tiene movimientos involuntarios en una parte de la cara o el cuerpo.
Crisis parciales complejas. El paciente pierde el estado de conciencia y puede realizar actos automáticos durante los cuales hace cosas que salen fuera de su control, como chupetear, jalarse la ropa, desvestirse, parpadear, emitir sonidos, hablar, frotarse las manos, caminar.
Crisis generalizadas. En esta, se involucran los dos hemisferios cerebrales, el paciente pierde el conocimiento y puede sufrir movimientos bruscos de todo el cuerpo o se pone rígido. Puede morderse, orinarse, arrojar saliva, ponerse morado, tener únicamente sacudidas, o perder la noción de lo que ocurre a su alrededor, e incluso puede perder la capacidad de mantenerse derecho.
A nivel mundial se considera que la Epilepsia afecta a alrededor del 0.5% de la población general. En México, se considera que la enfrentan cerca de un millón de personas, de las cuales el 76 % de los casos se originó en la etapa de la infancia y adolescencia.
La epilepsia ocasiona un fuerte impacto social y psicológico pues afecta seriamente la calidad de vida del paciente, obligandolo en muchos casos a abandonar la escuela o el empleo, ante las burlas o comentarios que se generan.
Cuando el paciente esta a punto de sufrir una crisis, suelen presentase algunos síntomas, entre ellos:
* Confusión mental
* Comportamientos infantiles repentinos
* Realizar movimientos de boca como su estuviera masticando
* Abrir y cerrar los ojos continuamente
* Debilidad y cansancio profundo
* Tener la “mente en blanco”, es decir no poder hablar o realizar tareas
* Fiebre
Se considera que una de las principales causas de esta enfermedad es el trauma obstétrico, es decir, la falta de oxigeno al momento de nacer, las malformaciones cerebrales, infecciones del sistema nervioso como rubéola o sífilis, enfermedades vasculares cerebrales, accidentes y tumores neurológicos.
También se considera que el factor hereditario puede influir en la aparición de este padecimiento, en un tercio de los casos se ignora la causa.
Para diagnosticar esta enfermedad, los especialistas realizan un historial clínico del paciente, tras descartar otras posibles causas de convulsiones como el uso de drogas, se somete al paciente a diversos exámenes, entre ellos:
Un electroencefalograma, para monitorear la actividad eléctrica del cerebro y determinar el sitio específico donde ocurre una descarga, este examen se complementa con una mapeo cerebral, que constituye un análisis del registro encefalográfico.
También se realizan tomografías simple y de contraste a fin de contar con imágenes en cortes del cerebro.
También la resonancia magnética, que ofrece una mayor definición que la tomografía, permite observar imágenes del cerebro en diferentes planos, en caso necesario se puede recurrir a otros exámenes como Magnetoencefalografía y el Registro Electroencefalografico Continuo.
De no ser atendidas oportuna y adecuadamente, las crisis pueden ser un serio riesgo para la vida del paciente, esto se origina porque las convulsiones, que pueden ser prolongadas o presentarse más de dos en un corto período de tiempo, pueden ocasionar que la falta de respiración deje sin oxígeno al tejido cerebral, ocasionando daños neurológicos e incluso la muerte.
Es importante señalar que algunos fármacos contra las convulsiones generan efectos secundarios, como somnolencia, o síntomas de sedación por lo que se recomienda a los pacientes seguir algunos cuidados como el no conducir vehículos.
El tratamiento general para los pacientes con epilepsia es el uso de fármacos especializados como anticonvulsivos que permitan controlar e incluso eliminar las crisis convulsivas. En algunos casos, donde los medicamentos no logran buenos resultados, los especialistas recomiendan procedimientos quirúrgicos especializados a fin de extirpar las células cerebrales anómalas.
En los pacientes con epilepsia puede ser de ayuda eliminar las causas que agudizan una crisis, por ello es aconsejable seguir una dieta sana, tener el tiempo de reposo adecuado, además de no consumir drogas ni alcohol.