Un estudio dirigido por el Dr. Staffan Berglund de la Universidad de Umea en Suecia, sugiere que los suplementos de hierro refuerzan el desarrollo cerebral y protegen de los trastornos conductuales a los bebés pequeños.
Los bebés con bajo peso al nacer son propensos al déficit de hierro y necesitan el nutriente para normalizar su crecimiento. Si además son prematuros, probablemente no pudieron almacenar tanto como otros bebés. Por eso, a los bebés muy prematuros y muy pequeños se les administra hierro, pero existen menos estudios sobre el riesgo de los bebés que nacen casi algo por debajo del peso normal, esto refuerza aún más la evidencia de que es buena idea administrarles suplementos de hierro a estos niños (con bajo peso marginal), comenta el Dr. Berglund.
El equipo siguió a 285 bebés nacidos con entre 2.100 y 3.400 gramos de peso. Cuando tenían seis semanas, el equipo les administró al azar gotas de hierro (1 o 2 mg/kg) o gotas placebo hasta el día en que cumplían seis meses de vida. A los tres años y medio, el equipo volvió a reunir a los niños para evaluar su coeficiente intelectual (CI) y que los padres describieran sus conductas. Comparó los resultados de los niños tratados o no con hierro con los resultados de otros 95 niños que habían nacido con peso normal.
El coeficiente intelectual no varió si los bebés más pequeños habían recibido hierro o no. Los tres grupos con bajo peso al nacer obtuvieron entre 104 y 105 puntos (los autores definieron deterioro cognitivo con un coeficiente intelectual por debajo de 85 puntos). Aun así, significativamente más padres de los niños que habían recibido las gotas placebo dijeron que sus hijos tenían trastornos de conducta, como dificultad para controlar las reacciones emocionales, ansiedad, depresión o trastornos del sueño o la atención.
Casi un 13% del grupo tratado con las gotas placebo tuvo un rendimiento superior al valor de corte para los trastornos de conducta, comparado con el 3% del grupo tratado con placebo y el grupo que había nacido con peso normal. Eso sugiere que la deficiencia de hierro en la infancia sería una causa directa de los trastornos de conducta en la niñez.
Los autores seguirán monitoreando al mismo grupo de niños para determinar si aparecen nuevos problemas cognitivos o conductuales en la escuela, no se registraron en los niños problemas estomacales adicionales o retraso del crecimiento asociado con el uso de las gotas de hierro. No tendría temor de recomendar (el uso de hierro) para todos los niños (que nacen) con menos de 2500 gramos en la dosis evaluada.
Todos los padres deben conocer las necesidades de hierro de sus bebés al salir del hospital, el problema con estos bebés con bajo peso al nacer marginal es que nunca se les prestó demasiada atención, pero hay cada vez más pruebas de que pueden desarrollar trastornos conductuales y sufrir de una disminución de la función cognitiva, se recomienda que la mayoría de los bebés reciban hierro extra a partir de los cuatro o seis meses de edad, ya sea mediante suplementos si la madre lo amamanta o a través de la fórmula.
A los bebés muy pequeños o prematuros, el nivel de hierro se controla desde el parto, en muchos lugares no existen recomendaciones para tratar a los bebés que nacen con un peso casi normal. El estudio sugiere que la suplementación debe ser algo de rutina.
Fuente: Pediatrics