Las mujeres son casi nueve veces más propensas que los hombres a padecer cardiomiopatía inducida por el estrés, mientras que las adultas mayores es el grupo de mayor riesgo, según revela un estudio realizado por el Dr. Abhishek Deshmukh, de University of Arkansas for Medical Sciences en Little Rock EUA.
Al cotejar la incidencia del síndrome, llamado cardiomiopatía de Takotsubo, con los datos del censo nacional de EUA, el equipo determinó que se hospitalizan 5,2 mujeres y 0,6 hombres por cada 100.000 personas.
Las cifras eran similares a las que habían hallado estudios previos más pequeños, se pudo demostrar la misma diferencia de género en 6.837 hospitalizaciones, según el estudio realizado por el Dr.Deshmukh.
El equipo del Dr. Deshmukh publica los resultados en American Heart Journal, donde describe el síndrome de Takotsubo como una disfunción sistólica apical o de los segmentos medios del ventrículo izquierdo que es transitoria e imita el infarto agudo de miocardio, pero sin enfermedad coronaria obstructiva.
El equipo examinó los registros de la Muestra Nacional de Internaciones; incluyó a todos los pacientes adultos a los que se les había diagnosticado la enfermedad y que habían sido sometidos a una angiografía coronaria, pero sin una revascularización. El 90,4% del grupo de estudio hospitalizada (6.177 pacientes) eran mujeres y el 9,6% eran hombres (660). La edad parecía aumentar el riesgo en las mujeres, pero no en los hombres.
Las mayores de 55 eran 4,8 veces más propensas que las más jóvenes a desarrollar la enfermedad. El riesgo en las mayores de 55 era 10 veces más alto que en los hombres de la misma edad, mientras que las menores de 55 tenían dos veces más riesgo que los sus pares masculinos.
Otros factores de riesgo fueron la hiperlipidemia, el tabaquismo, el alcohol, la ansiedad y el estrés, que estuvieron asociados significativamente con la aparición de la enfermedad aun tras considerar otros factores confundentes.
Las internaciones fueron más comunes en el verano que en el resto del año, los resultados sobre la prevalencia de la enfermedad coinciden con lo que se conocía sobre la cardiomiopatía de Takotsubo. Los autores describen una posible teoría de estas diferencias de género y edad. Las pruebas evolucionistas sugieren que los hombres estaban expuestos a más estrés físico que las mujeres y, por lo tanto, habían desarrollado varios mecanismos para superar sus efectos negativos.