Los medicamentos que habitualmente se toman para tratar el acné duplica el riesgo de sufrir infecciones en los ojos.
De acuerdo con el Dr. Gabriel Chodick de la Universidad de Tel Aviv en Israel, la resequedad de la piel y de los labios es un efecto secundario muy común de estos fármacos, por lo cual es natural que estos medicamentos también afecten la lubricación de los ojos.
Las lágrimas lubrican la superficie del ojo y remueven contaminantes como tierra, bacterias y virus. Por lo tanto, su falta predispone al ojo a sufrir diversas patologías.
El Dr. Chodick afirma que a pesar del efecto secundario es muy importante tratar el acné y para prevenir patologías de los ojos se recomienda usar lágrimas artificiales que mantengan el ojo lubricado.
El investigador y su equipo realizaron estudios entre 15.000 adolescentes que fueron divididos en tres grupos: quienes no sufrían acné, quienes tenían esta enfermedad pero no tomaban fármacos orales, y quienes, además, sí consumían medicamentos.
Del total de participantes, 1.791 desarrollaron enfermedades oculares: 991 de ellos pertenecían al grupo que tomaba medicación, 446 eran de los que tenían acné pero no recibían tratamiento y 354 no sufrían esta patología. Es decir que el 4% de los voluntarios que tomaban remedios desarrollaron problemas oculares, en comparación al 2% de la población general.
En vista de los resultados, los fármacos para el acné aumentan el riesgo de desarrollar infecciones e inflamación oculares, como la conjuntivitis. El acné en sí mismo puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades oculares.