Millones de mujeres de mediana edad lo experimentan: el inicio súbito de un calor intenso, sudoración y rubor conocido como sofoco.
Aunque hace mucho se cree que la reducción en los niveles de hormonas que acompaña a la menopausia contribuye a los sofocos, los expertos señalan que se sabe poco sobre qué los causa en realidad, o lo que ocurre cuando una mujer los sufre.
Alrededor del 80% de las mujeres experimentan sofocos, pero su fisiología subyacente no se comprende bien, señala la Dra. Rebecca Thurston, profesora asistente de psiquiatría y epidemiología de la Universidad de Pittsburgh, en EUA.
En el nuevo estudio la Dra. Thurston y sus colegas intentan aclarar la fisiología subyacente, los investigadores solicitaron a 21 mujeres perimenopáusicas y postmenopáusicas entre los 40 y los 60 años que reportaban tener sofocos diarios, que usaran un monitor cardiaco por un periodo de 24 horas. La perimenopausia es el periodo que conduce a la menopausia, cuando los ovarios producen menos estrógeno pero que la mujer sigue teniendo periodos menstruales.
El monitor cardiaco mostró que durante un sofoco, la variabilidad de la tasa cardiaca (una medida de los cambios en la tasa cardiaca entre un latido y otro) se reducía significativamente, una señal de que el sistema nervioso parasimpático no funciona normalmente.
El sistema nervioso parasimpático regula las funciones corporales inconscientes como los latidos cardíacos y la respiración. Mientras que el sistema nervioso simpático regula la respuesta de lucha o huída, el sistema nervioso parasimpático tiene que ver con el «descanso y la restauración», o sea la regulación del cuerpo en reposo.
Otras investigaciones han hallado una asociación entre la enfermedad cardiovascular y un menor control del sistema nervioso parasimpático sobre el corazón. Aunque los investigadores señalan que es muy pronto para concluir que los sofocos pueden tener una conexión con la enfermedad cardiaca, seguir estudiándolos es muy importante.
La investigación aparece en la revista Menopause.
Para algo que es tan común, los expertos señalan que es sorprendente lo poco que se comprende sobre los sofocos. Lo que se sabe es que pueden variar en gravedad, frecuencia y duración. Algunas mujeres pueden sufrir apenas unos pocos sofocos, y otras sufren de varios sofocos al día durante años.
Los sofocos constituyen una de las quejas más comunes que hacen que las mujeres vayan al médico, pueden afectar la calidad de vida y el sueño, otros estudios han insinuado que los sofocos se asocian con efectos nocivos para la salud, como densidad ósea baja y enfermedad cardiaca.
El tratamiento más eficaz para los sofocos es la terapia hormonal, por lo general estrógeno y progestina. Sin embargo, debido a que la terapia hormonal conlleva ciertos riesgos, como un aumento en el riesgo de ciertos cánceres (entre ellos el de endometrio), las mujeres solo deben recurrir a las hormonas si los sofocos realmente les molestan, y deben usar las hormonas solo el tiempo mínimo que las necesiten.
Fuente: North American Menopause Society