Investigadores de la Universidad de Leiden, en los Países Bajos, comprobaron la conexión entre la cantidad de azúcar en la sangre y la edad que refleja una persona.
Al examinar el nivel de azúcar en la sangre de 600 hombres y mujeres, de edades comprendidas entre 50 y 70 años, y con otros factores como el sexo, el peso, el nivel de la insulina en la sangre y si se es fumador o no, y mostrar fotos de estas personas a expertos, los especialistas llegaron a la conclusión de que quienes tenían un elevado nivel de glucosa en el organismo, parecían más viejos de quienes lo tenían menor.
Según los cálculos, un milimol adicional de azúcar por litro de sangre envejece a una persona cinco meses. El estudio fue publicado por la American Aging Association.
La glicación, del cual deriva este envejecimiento, es un proceso relacionado con el azúcar que se ingiere en la dieta y alimentos que se trasforman en azúcares dentro del organismo. El azúcar es necesario pues proporciona energía a las células, pero como por sí mismo no puede moverse libremente, para llegar a ellas requiere determinadas moléculas, como la insulina, que le sirven de vehículo.
Cuando hay una alimentación inadecuada, muy rica en azúcares, el exceso de glucosa no encuentra vehículos que lo transporten a las células y entonces se une a las proteínas, entre ellas la elastina y el colágeno, lo que produce desechos denominados productos finales de avanzada glicación, una especie de caramelización del colágeno que lo hace más rígido y provoca la pérdida de sus propiedades, dando como resultado flacidez de la piel.
Conforme se envejece hay un exceso de azúcar, pero desde el punto de vista cosmético la glicación se puede frenar con productos antienvejecimiento que contengan ingredientes capaces de impedir esa unión entre el azúcar y el colágeno, al actuar como vehículos para el azúcar.
Para mejorar el estado de la piel es necesario evitar la comida que contiene una gran cantidad de carbohidratos refinados, como pastelillos y galletas.