Fumador pasivo es aquel sujeto que, pese a no consumir directamente productos provenientes del tabaco, aspira las sustancias tóxicas y cancerígenas provenientes de la combustión del humo que desprende la misma.
Los efectos en la salud por la exposición al humo del tabaco incluyen cáncer de pulmón, cáncer de los senos paranasales, infecciones de las vías respiratorias y enfermedades cardíacas. No existe una cantidad sana de inhalación pasiva. Los niños, las mujeres embarazadas, las personas mayores y las personas con problemas respiratorios o cardíacos deben tener especial cuidado.
En La Ciudad de México desde abril de 2008 ya no se puede fumar en restaurantes, oficinas, bares, industrias, cines, escuelas, auditorios y hospitales, salvo que tengan terrazas.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) de la Secretaría de Salud aseguró en un comunicado que queda prohibido fumar en espacios públicos cerrados: edificios públicos (federales, estatales y municipales), restaurantes, bares y discotecas. Las nuevas reglas detallan los términos para la expedición de permisos sanitarios previos de importación y licencias sanitarias, las zonas para fumadores deberán estar al aire libre o completamente aisladas de los espacios 100% libres de humo de cigarro.
Los menores de edad no podrán estar en las áreas designadas para fumadores y a las mujeres embarazadas se les informará sobre los riesgos a la salud en caso de permanecer en un espacio contaminado.
El humo de segunda mano también se conoce como humo de tabaco en el ambiente o fumar pasivamente, consiste en una mezcla de dos tipos de humo que provienen de la combustión del tabaco: el humo derivado de la combustión (humo que es emitido al aire desde el extremo encendido de un cigarrillo o puro, o por una pipa) y el humo principal (humo que es exhalado por el fumador).
El humo que es emitido al aire desde el extremo encendido de un cigarrillo tiene concentraciones más elevadas de agentes que causan cáncer (carcinógenos) que el humo que el fumador exhala. Además, contiene partículas más pequeñas que el humo que exhala el fumador, lo que facilita su acceso a las células del cuerpo. Se le llama fumar involuntariamente o fumar pasivamente cuando las personas que no fuman son expuestas al humo de segunda mano. Las personas que no fuman y que respiran el humo de segunda mano reciben la nicotina y otros químicos tóxicos al igual que los fumadores. Cuanto más se expone al humo de segunda mano, mayor será el nivel de estos químicos dañinos en el cuerpo.
Se ha demostrado que el llamado humo de segunda mano (que en el caso de cigarros de tabaco es una mezcla de tanto los humos liberados por el cigarro durante su combustión y el humo exhalado por los fumadores) produce los mismos efectos que la inhalación directa del humo de tabaco en los fumadores, incluyendo enfermedades cardiovasculares, cáncer de pulmón, bronquitis y ataques de asma.
Algunos de los efectos de una exposición prolongada incluyen:
Cáncer
Cáncer de Pulmón
Cáncer de seno
Riesgo de infecciones en el oído,nariz y garganta.
Problemas respiratorios:
Problemas de pulmón
Asma
En mujeres embarazadas:
Parto prematuro
Bajo peso del producto
El humo de segunda mano ha sido clasificado como un “carcinógeno humano conocido” (agente causante de cáncer) por la Environmental Protection Agency (EPA) de los Estados Unidos, el US National Toxicology Program y la International Agency for Research on Cancer (IARC), una subsidiaria de la Organización Nacional de la Salud.
El humo de tabaco de segunda mano contiene más de 4,000 compuestos químicos. Se sabe que más de 60 de estos compuestos son causantes de cáncer.