Como estándar, se considera que el Coeficiente Intelectual medio en un grupo de edad es 100. Esto quiere decir que una persona con un CI de 110 está por encima de la media entre las personas de su edad. Lo más normal es que la desviación estándar de los resultados sea de 15 o 16 puntos, ya que las pruebas se diseñan de tal forma que la distribución de los resultados sea aproximadamente una distribución normal. Se considera como superdotados a aquellos que se encuentran por encima del 98% de la población.
La historia muestra que las puntuaciones en un test dado y en una población determinada han tendido a subir. Por lo tanto, los test que miden el coeficiente intelectual deben ser actualizados en forma constante para que los estándares anteriores se mantengan.
Este fenómeno es conocido como Efecto Flynn, gracias a los estudios de James R. Flynn, el especialista en ciencias políticas fue quien advirtió que las puntuaciones de CI subían en todo el mundo a razón de tres puntos por década. Entre las explicaciones esgrimidas por los especialistas, aparecen la mejor nutrición, la tendencia hacia familias más pequeñas, la mejor educación, la mayor complejidad en el ambiente y la heterosis.
Existen muchas definiciones de inteligencia. La «American Psychological Association» la define como:
Los individuos difieren unos de otros en su habilidad de comprender ideas complejas, de adaptarse eficazmente al entorno, así como aprender de la experiencia, en encontrar varias formas de razonar y de superar obstáculos mediante la reflexión. A pesar de que estas diferencias individuales puedan ser sustanciales, éstas nunca son completamente consistentes: las características intelectuales de una persona variarán en diferentes ocasiones, en diferentes dominios, y con diferentes criterios. El concepto de «inteligencia» es una tentativa de aclarar y organizar este conjunto complejo de fenómenos.
Una segunda definición de inteligencia viene de el » Mainstream Science on Intelligence «, que fue afirmada por 52 investigadores de la inteligencia en 1994:
Una muy general capacidad mental que, entre otras cosas, implica la habilidad de razonar, planear, resolver problemas, pensar de manera abstracta, comprender ideas complejas, aprender rápidamente y aprender de la experiencia. No es un mero aprendizaje de los libros, una habilidad estrictamente académica, ni un talento para superar pruebas. Más bien, el concepto se refiere a la capacidad de comprender nuestro entorno.