Algunos individuos culpan a sus genes por la infidelidad reiterada. Sin embargo, parece que hay factores más fuertes que el ADN a la hora de explicar la falta de lealtad a la pareja. Ciertos rasgos de personalidad predisponen a la búsqueda de amantes clandestinos, especialmente en los hombres.
A dichas conclusiones llegó un estudio realizado por el Dr. Robin Milhausen, en la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá. Muchos factores predicen la infidelidad pero la investigación encontró que aún teniendo en cuenta todos estos factores, resulta que las características de la personalidad son tan fuertes que excluyen al resto de los factores. El Dr. Milhausen detalló que esto es particularmente cierto en los hombres, mientras que en las mujeres es la satisfacción con su pareja lo que más determina la fidelidad.
Los autores trabajaron con 506 hombres y 412 mujeres que estaban en una relación de pareja de entre tres meses y 43 años. Cada participante informó factores como la religión, nivel de educación y cantidad de ingresos, y también se analizó su personalidad. A su vez, respondieron un cuestionario sobre su pareja, el estado de su relación y la fidelidad.
Por un lado, resultó que no hubo mucha diferencia en la tasa de infidelidad de los hombres y las mujeres ya que ellos son desleales en un 23% de los casos y ellas en un 19%. Pero a la hora de explicar las causas, resulta que uno y otro son muy distintos.
En ambos casos la personalidad influye más que la religión o la educación, pero en los hombres el impulso al engaño se asocia mucho más fuertemente a su forma de ser. Los hombres que dudan de su desempeño sexual, aquellos que aman tomar riesgos y los que se excitan fácilmente tienen más posibilidades de involucrarse en relaciones clandestinas.
Las hombres pueden buscar situaciones de alto riesgo para sentirse excitados, o pueden elegir tener sexo con alguien ajeno a su relación para tener un escape y si algo no sale bien, nunca más la vuelven a ver.
En las mujeres, por el contrario, la clave está en la satisfacción con su pareja ya que cuando no están contentas con la relación entran en riesgo de buscar un amante clandestino.