Desde hace mucho tiempo se analiza si el ejercicio es bueno o malo para las rodillas, un nuevo estudio realizado con casi 10.000 participantes concluyó que la actividad física beneficia a esta importante articulación
El trabajo realizado por el Colegio Americano de Medicina del Deporte encontró que el ejercicio tiene un efecto diferente en las distintas partes de la rodilla y que esto podría explicar los resultados contradictorios que muchas investigaciones encontraron. Diversos estudios examinaron el impacto de la actividad física en la rodilla como un todo, pero ninguno observó el efecto sobre las partes individuales. Y resulta que el ejercicio afecta de manera diferencial a cada parte de la rodilla, comenta la Dra. Flavia Cicuttini, profesora de Reumatología y Epidemiología del Depto. de Medicina Preventiva de la Monash University, en Melbourne, Australia
Sus conclusiones, publicadas en la revista Medicine and Science in Sports and Exercise, se aplican de manera directa a las personas que sufren de osteoartritis, una enfermedad que causa la degeneración de los cartílagos de articulaciones como las rodillas, manos, caderas y columna. Como consecuencia de este daño, los huesos comienzan a friccionarse entre sí y esto genera síntomas como la inflamación, el dolor y la disminución del movimiento.
Los autores analizaron 28 investigaciones distintas, cómo el ejercicio físico influye en el desarrollo de la osteoartritis. En total, estos estudios abarcaron a 9.737 participantes de distintas partes del mundo.
La actividad física genera osteofitos, es decir protuberancias que surgen de los huesos, pero no afecta el espacio articular ni los cartílagos que se ubican en él. De hecho, el ejercicio mejoró la integridad de los cartílagos ya que mostraron un volumen mayor y un menor nivel de alteraciones estructurales.
Los hallazgos son significativos ya que sugieren que, en la ausencia de daños del cartílago, los osteofitos podrían ser una adaptación funcional al estímulo mecánico.