La deficiencia de yodo es un problema de salud pública mundial, un estudio revela las potenciales complicaciones del exceso de este mineral que utiliza la glándula tiroides para regular el metabolismo y el desarrollo.
La deficiencia de yodo durante el desarrollo fetal e infantil es la causa principal de deterioro cognitivo en muchos países, de modo que la mayoría de los estudios que se han realizado apuntan a los efectos de esa escasez.
Sin embargo, poco se sabe sobre cuándo mucho yodo es demasiado.
Para el estudio publicado en American Journal of Clinical Nutrition, el equipo de médicos encabezado por el Dr. Wanqi Zhang, de la Universidad de Medicina de Tianjinen China, les administró al azar a adultos sanos varias dosis de yodo durante cuatro semanas.
Cuando las dosis diarias superaron los 400 microgramos, los participantes empezaron a desarrollar lo que se conoce como hipotiroidismo subclínico, es decir, una disminución de los niveles de la hormona tiroidea sin síntomas evidentes de hipotiroidismo, como fatiga, depresión, piel seca y aumento de peso.
En el estudio, los suplementos con 400 mcg de yodo aportaban unos 800 mcg diarios del mineral cuando se tenía en cuenta la alimentación.
De modo que los resultados sugieren que la población, no debe ingerir más de 800 mcg por día de yodo.
En Estados Unidos, se recomienda que los adultos ingieran 150 mcg diarios de yodo. En cambio, las mujeres deberían ingerir 220 mcg en el embarazo y 290 mcg durante la lactancia.
La Asociación Estadounidense de Tiroides recomienda que las mujeres que están embarazadas o amamantando tomen una vitamina con yodo porque los bajos niveles de yodo elevan el riesgo de perder el embarazo y de tener problemas tiroideos. Los bebés pueden desarrollar discapacidad cerebral.
Fuente: American Journal of Clinical Nutrition