Todos los seres humanos experimentan ansiedad, sin embargo, cuando ésta es demasiado frecuente o desmedida, representa un severo problema de salud, del cual los niños no están exentos.
La ansiedad infantil es frecuente y sus causas se van modificando de acuerdo con la etapa de la vida. Los niños muy pequeños experimentan ansiedad cuando se les aparta de sus padres, más adelante pueden experimentar ansiedad por situaciones que son producto de su imaginación y finalmente, cerca de la adolescencia, ciertas circunstancias particulares que deben enfrentar pueden generarles ansiedad.
Un reciente estudio realizado por la Universidad de Stanford, revela que los niños que sufren de ansiedad podrían tener crecido el “centro de miedo”, que se encuentra en el cerebro a nivel de la amígdala.
El estudio se realizó en 76 niños con edades entre 7 y 9 años y se encontró que aquellos pequeños que tenían altos niveles de ansiedad contaban con una amígdala más grande que los niños poco ansiosos. La investigación se basó tanto en datos proporcionados por los padres como por los resultados de estudios de resonancia magnética para evaluar la anatomía y la fisiología cerebral de los niños.
En los niños con altos niveles de ansiedad se encontró que a nivel de la amígdala había un mayor número de conexiones hacia porciones del cerebro relacionadas con la atención y las emociones.
Este estudio resulta de gran utilidad para identificar a los niños que sufren de ansiedad y tratarlos antes de que desarrollen severos trastornos de ansiedad en la edad adulta.
Es importante atender la ansiedad en los niños. Los padres deben reforzar la confianza en los pequeños con técnicas que les permitan superar su ansiedad. Nunca se debe minimizar el factor que produce ansiedad infantil, aunque se tenga clara evidencia de que es irreal. Tampoco hay que evitar la ansiedad que es generada por factores reales que son superables. Cuando los síntomas de ansiedad infantil son persistentes, hay que consultar a un especialista, en éste caso un paidopsiquiatra.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Biological Psychiatry ( Psiquiatría Biológica).
